El viento preocupa y todos los ojos están pendientes de las fuertes rachas que azotan de nuevo Sierra Bermeja. En el flanco oeste, en Casares, las llamas avanzan descontroladas. La lluvia no ha sido suficiente y además el agua embalsada escasea. Casi 8.000 hectáreas arrasadas, 900 efectivos a pie y 51 aeronaves volando. Una de ellas transportaba a 19 miembros de un retén y se ha estrellado, pero no ha dejado víctimas. El piloto perdió la visibilidad por el polvo levantado por la maquinaria pesada. No caben más medios, pero los alcaldes de la zona no están de acuerdo. La UME no se ha activado hasta el cuarto día de fuego, para algunos demasiado tarde. Los técnicos no lo han considerado oportuno por las características imprevisibles del fuego. Los dos bomberos heridos ayer evolucionan favorablemente.