La rabia agolpa a los vecinos de Linares a las puertas de los juzgados. Intentan colarse en el interior y aplicar su propia justicia contra los dos agentes de la Policía Nacional detenidos tras propinar una salvaje paliza a un hombre y a su hija de 14 años. La tensión es tanta que agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil tienen que sacar a los acusados a toda prisa y trasladarlos a la comisaria de Jaén para garantizar su seguridad. Pero con ellos no se va la violencia. Abuchean al resto de los agentes, les tiran piedras, ladrillos… La tensión es tan grande que la Policía carga para disolver a los vecinos. Unas horas más tarde se vuelven a reunir en una concentración para repulsar a los policías detenidos. Un municipio unido en contra de la brutal agresión de ayer por la tarde, que empezó con un choque fortuito dentro del bar y terminó con una brutal paliza.