Una sola manifestación y miles de gargantas unidas en Barcelona. El feminismo, sin edades, se reivindica en la calle. Menos unión en la mayoría de las grandes ciudades, como Madrid, donde la prostitución o la ley Trans se visilizan de distinta manera. Pero por encima de las diferencias, la lucha es necesaria porque aún queda mucho camino por recorrer. En Sevilla, dos manifestaciones, dos recorridos, pero estos lazos elásticos simbolizan la flexibilidad del movimiento feminista. En Valencia, la mirada la ponen más alla: corte de melena en solidaridad con las mujeres iraníes. Las calles abarrarrotadas de Granada, ejemplo de la lucha de miles de mujeres. Y consignas que se oyen por toda España. Bilbao también sale a la calle. En Mieres, en plena cuenca minera, homenaje a las mujeres que desde hace décadas también reivindican sus derechos.