Pico Reja es sólo una de las ocho fosas con cadáveres de represaliados que hay en el cementerio de San Fernando y la primera en excavarse. Los trabajos de exhumación comenzaron en enero de 2020. Tres años después los familiares tapan simbólicamente la fosa de la que se han exhumado casi 1.800 restos de personas con evidencias de represalias. Ahora comienza la segunda parte del trabajo, identificar los cadáveres a través del cruce del AND extraído del hueso con las muestras biológicas tomadas en su día a familiares de represaliados.