Cinco minutos de votación y primeras palabras. "La Constitución no permite la autodeterminación, la secesión ni la independencia", ha dicho Conde Pumpido, ya como presidente del tribunal de garantías. Defendía la unidad de España, de su pluralidad y del Estado de las autonomías en un mensaje dirigido al mundo independentista y a quienes hayan planteado dudas sobre su sentido de Estado. Ahí está el PP. Lamentan su elección. Entienden que el nuevo presidente era el señalado por el Gobierno de Sánchez y que esto debilita la institución. Los populares no son los únicos contrariados. La progresista María Luisa Balaguer era la apuesta del sector conservador para que Conde Pumpido no alcanzase la presidencia. No ha prosperado tal estrategia y la magistrada ha abandonado el pleno, según otros magistrados presentes en él, sin escuchar las palabras del nuevo presidente y visiblemente malhumorada. Motivo de enfado en el PP ha sido también la elección de la vicepresidenta: Inmaculada Montalbán, progresista. Tensiona, dicen, que el puesto no haya recaído en el ala opuesta a la del presidente. Una norma no escrita. El candidato conservador ha perdido ante una mujer. Según fuentes jurídicas, primaba la paridad.