El maquinista Francisco José Garzón Amo se ha desmoronado en la segunda sesión del juicio por el accidente de un Alvia el 24 de julio de 2013 en Santiago al recordar el día del descarrilamiento que costó la vida a 80 personas y causó lesiones a cerca de centenar y medio.

A Garzón Amo le saltaron las lágrimas cuando su letrado, Manuel Prieto, fue directamente al siniestro y a su situación dentro de la cabina, donde se quedó encajonado, lesionado, imposibilitado para salir y sin opción siquiera a romper la ventanilla.

"Perdón, perdón, perdón", exclamó el conductor de aquel tren, al romperse.

La jueza presidenta de la sala, María Elena Fernández Currás, le pidió que se tranquilizase.