Octubre del 2017, el desafío independentista en su máximo apogeo y hay que situarse en el día 26: el día previo a la declaración unilateral de independencia. Puigdemont con la presión de la calle para que consumase la ruptura y no convocase elecciones. Ese día, entre la dudas y a la espera de saber su decisión, el expresident mantiene una sorprendente reunión en la residencia de la Generalitat: recibe a un emisario de Putin, definido así por un colaborador de Puigdemont. Según el consorcio periodístico que revela esta información, en esas horas clave para el independentismo catalán este emisario ruso ofreció una importante ayuda económica y militar si proclamaba la independencia. A cambio, querían convertir Cataluña en un paraíso regulatorio de criptomonedas. Puigdemont admite el encuentro aunque dice que se rechazó al ser poco creíble.