Como en todo primer día la política también se movía entre la cautela, la rutina y un cierto desorden. Miramos al Gobierno que toma la decisión. Y encontramos al presidente Pedro Sánchez inalterable en su uso: siempre con ella menos cuando se pone delante del micrófono: como siempre hasta ahora. Mascarilla pero en mano su vicepresidenta. Efusivos besos y abrazos a su llegada aunque algo pensó Yolanda Díaz después que le hizo colocarse la mascarilla y no quitársela más. Era interesante comprobar la actitud de la ministra de Sanidad y Carolina Darias lo tenía claro: iba a aplicar hasta el final su propia medida y dejar de lado el uso de la mascarilla. La escena de Albares y Borrell era la siguiente: llegar con mascarilla, luego mejor quitarla para la foto y ya se queda guardada para el resto del acto ante la mirada de los militares presentes que sí la portaban. Aunque la inercia era llevarla, al cabo de los minutos iba desapareciendo de sus rostros: así ha ocurrido también con el presidente catalán al ver que ni la ministra Maroto ni el resto de autoridades la llevaba. Un escenario de total uniformidad en el Partido Popular: Feijóo y su comité ejecutivo han optado por seguir con ella en todo momento.