Tras una semana de búsqueda se confirman los peores temores. Ayer Adrián, la expareja de Rocío Caíz y padre de su hija, confesaba haberla asesinado. Declaba ante la Guardia Civil que había descuartizado y esparcido el cadáver por varios puntos de la zona de Estepa. Tras la declaración condujo a los agentes hasta uno de los puntos, un aparcamiento donde encontraban los restos de Rocío, de tan sólo 17 años. La joven y su asesino confeso llevaban separados 4 meses, desde que nació la bebé de ambos. El 2 de junio le dijo por mensaje a su madre que iba casa de su expareja, a recoger algunas cosas del bebé. Según la familia, él la maltrataba. Rocío sería la cuarta víctima de la violencia machista en el mes de junio.