No hay nada más frustrante que salir de una relajante ducha y encontrarse envuelto en una toalla áspera e incómoda. Muchos creen que las toallas suaves son un privilegio reservado a los afortunados propietarios de secadoras. Sin embargo, existen consejos sencillos y accesibles para encontrar toallas suaves incluso sin este electrodoméstico.
Antes de buscar soluciones, es importante entender por qué las toallas pierden su suavidad. Varios factores son responsables:
- Residuos: Demasiado detergente o un mal enjuague dejan residuos en las fibras, apelmazándolas y haciéndolas rígidas.
- Cal del agua: En áreas con agua dura, la cal se acumula en la tela, dándole una textura áspera con el tiempo.
- Secado inadecuado: Dejar que las toallas se sequen en un ambiente mal ventilado puede endurecerlas, especialmente si no se agitan bien antes y después del secado.