En la plaza de la Constitució, en el barrio de la Marina, comienza a concentrarse gente cuando todavía falta una hora para que empiece el espectáculo inaugural de la vigesimotercera edición de Eivissa Medieval. Tras un 2020 sin celebración y un 2021 con feria en formato reducido, se nota que los isleños echaban de menos celebrar con normalidad que Ibiza es Patrimonio de la Humanidad desde 1999.

«Ya teníamos ganas de una feria medieval como las de antes. Da gusto ver las calles de la Marina y Dalt Vila tan animadas, ojalá fuera así siempre», comenta Carlota Canales, que va acompañada de su pareja, Marc Enríquez y sus hijos de uno y tres años.