2025 llega con los mismos problemas en el mercado inmobiliario, porque no hay viviendas suficientes. Harían falta 200 mil y solo se construyen 100 mil. Una escasez de oferta que infla los precios y convierte la vivienda en inaccesible para buena parte de la población. Tampoco se espera que disminuya la demanda, alentada entre otras cosas por la bajada de los tipos de interés. El resultado de este cóctel es una nueva subida de precios, aunque algo más suaves que este 2024, que se espera que acabe con la vivienda un 4 por ciento más cara. Para los inquilinos las cosas no irán mucho mejor en 2025. Se esperan subidas en torno al 8 por ciento porque escasea el alquiler residencial. Muchos propietarios siguen derivando sus viviendas al mercado turístico para evitar las limitaciones de precios, en vigor en algunas zonas tensionadas.
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