La luna y las estrellas siempre han atraído a los aficionados a la fotografía. Especialmente a los que se dedican a la fotografía de paisaje les gusta integrar el resplandor blanco de la luna en algunas tomas nocturnas.

Los astrofílicos se plantean entonces utilizar el telescopio, sin interesarse tanto por la belleza de la imagen. Lo hacen para poder captar algún punto del universo que les interesa.

Para fotografiar el cielo, primero calibran su telescopio y luego lo utilizan como objetivo, montado en la cámara. Algunos telescopios también tienen la función de seguir el movimiento de las estrellas. Como las fotos pueden durar hasta varios minutos, este mecanismo les permite seguir su movimiento. De este modo, no se crearán las rayas causadas por el movimiento de las estrellas en relación con la bóveda celeste.

Fotografiar la bóveda celeste

También es posible fotografiar el cielo, con el efecto de que las estrellas se mueven en círculo alrededor de un punto. Para obtener esta foto, necesitamos un objetivo gran angular y un trípode. Enmarcamos el cielo, con la parte del paisaje en el fondo, que ancla la imagen. A continuación, cerramos el diafragma y ajustamos la velocidad de obturación a B-pose. Iniciamos la fotografía cuando las luces casi han desaparecido y cerramos el obturador según el efecto deseado.

Fotografiar la luna también requiere un buen trípode. Si quisiéramos fotos en las que sus cráteres quedaran bien resaltados, entonces elegiríamos un teleobjetivo. Para las fotos relevantes, podemos utilizar objetivos de espejo de 500 mm. Son compactas e ideales para este tipo de fotos. En determinadas épocas del año, normalmente en julio, aparece la Luna del Ciervo. Este es el momento en el que se produce la Luna llena más grande del año.

Sin embargo, las modernas técnicas de postproducción también permiten el uso de distancias focales más pequeñas. Incluso un 200 mm, si no un 100 mm, puede estar bien. Al fotografiar la luz de la luna, especialmente en luna llena, adoptamos un diafragma cerrado. Nos permite ayudar a concentrarnos. Por lo general, se trata de poner el foco en el infinito. Sin embargo, para aquellos que utilizan distancias focales muy largas, también podemos enfocar manualmente. La ampliación de la imagen nos permitiría hacerlo. Con un diafragma cerrado y un buen enfoque, podemos obtener imágenes nítidas de la luna.

Fotografías artísticas

Si buscas un resultado con una vena artística, sólo tienes que componer la imagen. Las técnicas para fotografiar la luna y las estrellas requieren la ayuda de la posproducción. Se trata de procesar la imagen en el ordenador, normalmente juntando dos imágenes.

Hoy en día, existen varios programas que permiten realizar estos fotomontajes, empezando por Photoshop. La imagen de la luna, que suele ser muy grande, puede insertarse en otra imagen especialmente elegida. Puede ser, por ejemplo, una imagen de silueta en la luna. O poner un bello paisaje en primer plano y la luna imponiéndose con su excepcional tamaño. No falta imaginación en la postproducción.