Llegar a conseguir una vida sexual completa y duradera, pasa por realizar un esfuerzo personal constante que nos permita mantener el equilibrio mente-cuerpo. La relación sexual implica no solo estar físicamente preparado si no también emocionalmente dispuesto para conseguir activar los mecanismos físicos (neurovasculares y hormonales) que den lugar a la erección.

Cuando se es joven, nuestro organismo no ha sufrido el desgaste que conlleva la edad, las situaciones de estrés, ansiedad, obligaciones suelen ser mucho más llevaderas, es por ello que las relaciones sexuales, son mas espontaneas, fáciles y duraderas. Pero podemos hacer mucho por alargar nuestra vida sexual, a pesar de cumplir anos. En este artículo describimos algunas de las causas más frecuentes que pueden alterar la erección estando en nuestra mano el poder solucionarlas.

Depresión

La excitación sexual empieza en el cerebro. La depresión puede disminuir, incluso anular el deseo sexual pudiendo llevar a una disfunción eréctil severa. Irónicamente muchos de los medicamentos que utilizamos para tratar la depresión pueden dificultar el conseguir que una erección sea eficaz. Cuidado con los ansiolíticos y antidepresivos.

Alcohol

La ingesta continuada de alcohol o bien un exceso del mismo va a dar lugar no solo a trastornos en la eyaculación si no también a una falta de rigidez, de potencia que conducirá, sin duda, a un fracaso en la relación sexual. A largo plazo provocara lesiones hepáticas, neurológicas, hormonales que serán irreversible y que ya no podremos solucionar... un autentico desastre. Sin embargo beber moderadamente puede incluso ser positivo, pues el mismo efecto beneficioso producirá un vaso de vino en las arterias coronarias que en las del pene.

Medicamentos

Son muchos los que pueden alterar la erección: hipotensores, diuréticos, ansiolíticos, analgésicos... Haga memoria y recuerde cuando empezó a tener problemas para mantener la erección y si ocurrieron al empezar a tomar algún medicamento.

Estrés

Es muy difícil mantener el humor cuando uno está sobrecargado de responsabilidades en el trabajo o en casa. Combatir el estrés modificando su estilo de vida, su dieta, haciendo ejercicio regularmente o durmiendo las horas adecuadas no solo será un seguro de salud para su corazón también lo será para su pene.

Mal humor, ira, enfado

El mal humor y la ira pueden hacer que la sangre fluya a su rostro pero no al sitio que la necesita cuando quiere mantener una relación sexual satisfactoria. Cambie el humor, su pareja se lo agradecerá.

Exceso de peso

El sobrepeso va a perjudicar su capacidad de mantener relaciones sexuales, no solo porque disminuye su autoestima, la confianza en uno mismo, si no porque altera los niveles hormonales (testosterona), imprescindibles para mantener la libido y la tensión muscular. También será causa de hipertensión, diabetes, fatiga... Cambie la mesa por el gimnasio y no se arrepentirá.

Libido

Podemos definirla como las ganas, la apetencia, el interés que tiene la persona por relacionarse sexualmente con otra. Tener la libido baja no significa padecer una disfunción eréctil. Muchos varones son capaces de tener erecciones normales, pero no hay nada que les estimule a tenerlas. La perdida de la libido puede ser debida a factores físicos o sicológicos y que no se soluciona con Viagra.

Mala salud

Padecer enfermedades como diabetes, hipertensión, obesidad, arterioesclerosis, hipotiroidismo, Parkinson... afectara a la salud de los nervios, músculos y vasos sanguíneos que participan necesariamente del mecanismo de la erección. Es evidente que nadie busca la enfermedad, pero si podemos detectarla a tiempo conseguiremos disminuir los efectos negativos que esta produce. Un chequeo a tiempo puede salvar su vida en pareja.

Drogas

Cada vez mas jóvenes vienen a la consulta con problemas de disfunción y una de las causas más habituales es el consumo de drogas. No es un tópico que las drogas producen impotencia. Son ya muchos los estudios científicos que avalan este hecho. Sustancias como la cocaína, chocolate, drogas de síntesis (pastillas) son probablemente la primera causa de trastornos en la esfera sexual del varón joven.