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Retos en grupo para adelgazar: peligro de anorexia

Concursos en grupo para adelgazar ‘equis’ kilos que empiezan como un juego pueden derivar en trastornos de la alimentación

Una chica consulta su móvil.

Perfiles de Instagram que indirectamente incitan a tener cuerpos 10, modelos de cuerpo que se suponen perfectos, con estrictos cánones y medidas imposibles. Pero no solo eso. Expertos en atención a personas con anorexia y bulimia explican que detectan prácticas peligrosas entre jóvenes a través de las nuevas tecnologías. “Normalmente suelen hacerse por chats o grupos de WhatsApp. Consiste en ponerse un reto común, por ejemplo, bajar una cantidad determinada de peso en un tiempo que se marcan. O cumplir cierta combinación o eliminación de alimentos en un plazo temporal determinado. Puede empezar como un juego, que en teoría no tiene nada de malo para los participantes, pero claro, este tipo de prácticas conllevan un riesgo que puede no verse y que es negativo para la salud de los jóvenes, ya que puede derivar en trastornos de la alimentación”, explica Rosalía Campos, psicóloga especializada en anorexia y bulimia.

Prácticas de riesgo

Son prácticas que aparecen en la era de las redes sociales, que tanto influyen en el día a día de los jóvenes y que provocan, en muchas ocasiones, una obsesión en temas de imagen. “Tener unas medidas perfectas es algo que se sigue fomentando en redes y eso está muy vinculado a la importancia que se le da a los ‘likes’, a la necesidad de gustar a los demás, de ser aceptados por cuanta más gente mejor, a acaparar miradas... Si se vincula este tema de recibir ‘likes’ únicamente a la imagen puede derivar en problemas de autoestima, frustración, etc....”, añade Campos.

Incluso se han detectado recientemente grupos de WhatsApp en los que para entrar hay que cumplir unos determinados parámetros, vinculados al cuerpo. Hasta el punto que el hecho de incumplir determinadas medidas te excluye, te deja fuera del grupo.

Eliminar comidas

Esta es la parte más dura de este tipo de conductas en redes sociales o WhatsApp que pueden provocar problemas de trastornos de la alimentación en los grupos de jóvenes, sobre todo en la adolescencia. Aunque expertos consultados indican que no solo adolescentes, también afecta a jóvenes de veinte años y treinta. “El mayor riesgo se produce en la preadolescencia y adolescencia ya que hay una menor conciencia de los riesgos. Generalmente, en los veinte, en los treinta (aunque también hay muchos casos y problemas de alimentación) suele haber un mayor control de los peligros de ciertas prácticas, de los riesgos de eliminar ciertos alimentos o incluso comidas”, añaden las mismas fuentes.

Perfiles que ayudan

“Por otro lado también hay una corriente de personas que han sufrido anorexia o bulimia y utilizan las redes sociales, con perfiles puntuales, individualizados, para contar su experiencia y explicar a los demás los riesgos que pueden tener ciertas prácticas muy restrictivas en hábitos alimenticios y obsesión por las medidas”, añaden las mismas fuentes. Pero como suele pasar en redes sociales, el mensaje que más cala, o parece calar, de momento, es el del culto a la imagen, al cuerpo 10. Y todo ello pese al esfuerzo en educación por fomentar valores, trabajar la autoestima en base a otros parámetros, respetando la diversidad, en todos los aspectos.

Y este tipo de prácticas, indica Campos, son especialmente dañinas en una etapa en la que los casos de anorexia y bulimia se han incrementado. El aislamiento en pandemia, las restricciones, la escasa sociabilidad.... todo ello ha sido un cóctel difícil de digerir sobre todo para los más jóvenes.

“Pueden llegar a ver sano algo que no lo es”

En los más jóvenes, sobre todo se refieren los expertos a la adolescencia e incluso preadolescencia, no es extraño que puedan llegar a ver sano algo que no es sano, una especie de confusión con los cánones. Es decir, que el hecho de reducir o eliminar ciertos alimentos puede considerarse en el grupo como algo saludable y vinculado al cuidado físico y a la imagen. “Hay un desajuste porque ellos y ellas mismas no perciben el peligro inicial. En los más jóvenes, 15, 16, 17 hay una sobreinformación muy peligrosa, que tampoco se acaba de digerir bien”, expresa la psicóloga especializada en trastornos de la alimentación, Rosalía Campos.

“Si esto se une al efecto de los perfiles en redes sociales que proyectan una imagen de perfección y que incluso se consideran de éxito, hay un problema que puede llevar a patrones típicos de la anorexia (no verse como uno es realmente, eliminar ciertos alimentos... todos estos síntomas que aparecen poco a poco y de los que la persona no es consciente en un periodo inicial)”, apuntan fuentes consultadas. En cuanto a los grupos que plantean retos conjuntos para bajar de peso o mejorar la imagen, suelen hacerse inicialmente entre amigos; puede ser incluso en el ámbito del instituto. O de la pandilla habitual. A partir de ahí entrarían más personas. En principio es como un juego que puede derivar en trastornos de alimentación.

Repunte de casos

Tras el primer año de pandemia se produjo un repunte de los casos de anorexia y bulimia, como alertaron los servicios de salud. Campos destacaba la corta edad de algunas pacientes: niñas de 12 años que mostraban los primeros síntomas.

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