Una investigación de la Universitat de València (UV) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que ciertos antibióticos pueden impedir la entrada del SARS-CoV-2 en las células.

Se trata de ciertos antibióticos macrólidos (utilizados en infecciones de las vías respiratorias), entre los que se encuentran la claritromicina y la azitromicina, según ha informado la institución académica.

El trabajo realizado por el grupo Unidad de Diseño de Fármacos y Topología Molecular de la Universitat de Valencia y liderado por el catedrático de Química Física Jorge Gálvez, se ha publicado en la revista norteamericana Journal of Chemical Information and Modeling.

El grupo ya publicó de manera pionera un artículo en marzo del 2020, en el que se proponían dichos antibióticos como fármacos que podrían ser empleados para tratar la covid-19, aunque dicha predicción estaba basada solo en cálculos teóricos computacionales.

El método se fundamentó en la topología molecular, una parte de la química matemática que trata de la descripción algebraica de los compuestos químicos, lo que permite caracterizarlos fácilmente.

Ahora, en colaboración con investigadores del Centro Nacional de Biotecnología, del CSIC, han demostrado con su estudio que estos antibióticos son capaces de impedir 'in vitro' la entrada del virus por medio de la desactivación de la conocida proteína espiga (spike-protein).

El grupo ha contado con la colaboración José María Benlloch Baviera (CSIC), coordinador del área de tratamiento y vacunas de la plataforma PTI Global Health para el desarrollo de tratamientos y vacunas del CSIC.

Actualmente, de los antibióticos identificados por la Unidad de Diseño de Fármacos y Topología Molecular de la Universitat de València, uno de ellos (la azitromicina) forma parte de la lista de medicamentos considerados esenciales por el Ministerio de Sanidad en la gestión de la crisis sanitaria ocasionada por la covid-19.

Otro de ellos, concretamente la claritromicina, tiene ya programado un ensayo clínico dirigido por el Hospital Clínico de San Carlos de Madrid, cuyo inicio se espera en breve con pacientes covid de 20 centros de atención primaria de la Seguridad Social.

Para confirmar los resultados computacionales de la fase inicial, los mejores candidatos se probaron frente a dos coronavirus humanos (229E-GFP y SARS-CoV-2) en cultivo celular.

Los experimentos de infección demostraron que la azitromicina, claritromicina y lexitromicina reducen la acumulación intracelular de ARN viral y la propagación del virus, así como previenen la muerte celular inducida por el virus, al inhibir la entrada del SARS-CoV-2 en las células.