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Catedrático de Química Inorgánica de la Universidad de Alicante

Javier García: "Si no acabamos con el virus en todo el planeta, mutará y amenazará de nuevo"

El presidente de la Unión Internacional de Química urge la unión de empresas y gobiernos para agilizar la producción de vacunas y alcanzar la inmunización global

La vacunación masiva se está haciendo esperar

La Organización Mundial de la Salud se ha marcado como objetivo vacunar cuanto antes a toda la población mundial, pero eso implica un gran reto "de logística, de colaboración y solidaridad internacional, no es solo de un tema de justicia, sino también de salud pública. Si no acabamos con el virus en todas las zonas del planeta, no acabaremos en ninguna. Si permitimos que el virus sobreviva en cualquier rincón del planeta, le damos la oportunidad de que mute y de que regrese fortalecido en una versión que suponga una nueva amenaza", así valora la actual situación frente al coronavirus Javier García, presidente de la Unión Internacional de Química y catedrático de la Universidad de Alicante.

"Las vacunas no pueden retrasarse por la falta de recursos", recalca el investigador alicantino. "No parece aceptable que la fabricación de las vacunas se retrase porque falle una línea de producción en una fábrica o porque falten recursos. Cada día que tenemos la economía paralizada perdemos más dinero que el que nos costaría poner los recursos necesarios para que la producción y distribución de las vacunas no fueran un problema", añade.

El mensaje de alerta que lanza Javier García, califica de "grave error" que después de haber conseguido desarrollar varias vacunas eficaces contra la covid-19 en apenas 10 meses, la vacunación de la población esté siendo tan lenta.

Emergencia

Para superar lo que califica como una de las mayores emergencias de los últimos años, subraya que gobierno y empresas deben trabajar juntos. "Hemos entendido mal la colaboración público-privada para resolver una de la mayores crisis de la humanidad. Los grandes retos de nuestro tiempo, desde la lucha contra las enfermedades al cambio climático, requieren de esa colaboración público-privada", insiste.

El actual modelo no le parece eficiente porque está creando tensiones entre los países que, en lugar de colaborar, "compiten por hacerse con las escasas unidades disponibles", lamenta el profesor de la Universidad de Alicante, al tiempo que propone un modelo "más colaborativo" para superar este desafío.

Con toda la industria y la investigación a su servicio, entiende que los gobiernos deberían favorecer que las vacunas lleguen a todo el mundo, tal y como recuerda que se consiguió erradicar la viruela en 1980. "De los errores del pasado hemos aprendido que si no acabamos con una enfermedad en todo el planeta, le damos la oportunidad de que evolucione y se haga más resistente. El covid es capaz de mutar y esto refuerza la necesidad de acabar con él cuanto antes", insiste.

El catedrático de Química Inorgánica por la UA pone el acento en que la Ciencia está proporcionando soluciones innovadoras, como son las vacunas contra el coronavirus. Y destaca las aportaciones de la Química: "Desinfectantes, antibióticos, medicamentos y sustancias químicas. Sin ir más lejos, el material genético que es la base de algunas de las vacunas contra la covid-19, se transporta en nanocápsulas hechas con moléculas de lípidos. Las vacunas también contienen sales de aluminio que aumentan su respuesta inmunológica, lo que permite reducir la dosis para protegernos. Y contienen sales de magnesio que permiten estabilizar la vacuna para que dure más tiempo. Hay mucha química en las vacunas", abunda García.

Pero lo que no concibe desde la Unión Internacional Química que preside, es que el aprovechamiento no sea a su vez el máximo porque en algún momento de la producción pueda faltar algún componente, algo que resolvería la colaboración público-privada que se exige históricamente en situaciones de emergencia.

Tensión

La Unión Europea calcula que a principios de 2022 se podrán fabricar entre 2.000 y 3.000 millones de dosis anuales. Según la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas existen unas 60 fábricas en todo el mundo capaces de producir vacunas contra el covid-19, 20 de ellas en Europa. Javier García subraya que «los contratos no son la forma más adecuada para resolver una emergencia sanitaria. Es necesario que los gobiernos y las empresas trabajen juntos, para que no falten los recursos y la regulación necesarios».

No vislumbra ninguna razón "ni técnica ni financiera" que impida acelerar la producción de vacunas, y sopesa que «competir al mejor postor por un recurso escaso crea desconfianza». El investigador concluye que esta manera de proceder "francamente, no está ayudando".

Disputas que pueden acabar en juicios "y será demasiado tarde"

Las vacunas europeas incluyen hasta 400 componentes distintos, en cuya producción participan más de 100 empresas, pero se reconoce la existencia de tensiones por la escasez de ingredientes para fabricarlas, problemas en las líneas de producción y de coordinación. Así lo ha declarado el comisario europeo de Mercado Interior e Industria, Thierry Breton, en la primera visita de periodistas a la planta de fabricación de vacunas de Pfizer en Bélgica. Al respecto, el catedrático de la Universidad de Alicante, Javier García, valora que "es muy probable que algunas de las disputas entre las empresas y la Comisión Europea terminen en los tribunales, pero entonces ya será demasiado tarde para las miles de personas que van a enfermar debido a los retrasos en el proceso de vacunación", concluye.

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