El fármaco que financiará por primer vez la sanidad pública para dejar de fumar tiene una tasa de éxito de hasta un 40 % pero los expertos, que aplauden la decisión del Ministerio de Sanidad, advierten de que para que sea realmente eficaz debe ir acompañado de una terapia supervisada por el médico de familia.

La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, anunció este domingo en una entrevista con Efe que la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud incluirá la subvención de la vareniclina -de marca comercial 'Champix'- cuyo precio está previsto que lo fije este lunes la Comisión Interministerial como último paso antes de su financiación.

"Es un gran hito que llevábamos mucho tiempo reclamando", destaca a Efe el presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Andrés Zamorano, que se muestra convencido de que gracias a esta medida se logrará rebajar la tasa de incidencia del tabaquismo en España, que actualmente se sitúa en el 22,1 % de la población -el 34 % en la franja de 15 a 64 años-.

"Vamos a lograr que en lugar de 60.000 muertes al año sean muchas menos", asegura este experto, que recuerda que España es uno de los países europeos con mayor prevalencia de fumadores.

Para que los resultados sean "reales", los expertos consultados por Efe consideran imprescindible que el tratamiento farmacológico vaya acompañado de una terapia. "El fármaco por sí solo no sirve, es necesario que a los pacientes se les prescriba, además de la vareniclina, un tratamiento cognitivo-conductual", afirma la responsable del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMG), Andrea Gallego.

¿Cómo funciona la vareniclina?

Este fármaco actúa en el cerebro de forma similar a como lo hace la nicotina, simulando sus efectos. El 'Champix' bloquea los receptores nicotínicos y secreta una mínima cantidad de dopamina, sustancia asociada con el placer y que hace más llevadero el síndrome de abstinencia.

Al bloquear los receptores de nicotina, disminuye el "efecto recompensa, de manera que cuando el paciente fuma, siente que el cigarrillo no le sabe a nada", explica Zamorano.

El tratamiento con estas pastillas ha de mantenerse 12 semanas, indica la doctora Gallego, que detalla que hay una primera fase en la que se va introduciendo el fármaco poco a poco mientras el paciente todavía fuma.

Esta fase dura 2 semanas (3 en pacientes con altísima dependencia). En ese periodo lo normal es que el paciente deje el tabaco "con el apoyo necesario" y que continúe con el tratamiento hasta completar las 12 semanas, durante las cuales lo recomendable es ir aumentando de forma gradual la dosis de vareniclina.

"El grado de éxito depende mucho del tratamiento cognitivo conductual, que forma parte de la deshabituación tabáquica", subraya.

¿En qué consiste la terapia?

El presidente del CNPT destaca que la combinación del fármaco y la terapia duplica e incluso triplica la probabilidad de éxito de "ser exfumador al año" de haber comenzado el tratamiento y afirma que el médico de cabecera es el profesional más indicado para realizar este seguimiento.

La terapia cognitivo-conductual consiste en que el paciente conozca sus hábitos de consumo. "Que nos explique por qué fuma, por qué quiere dejarlo, cuáles son las situaciones de riesgo (después de comer, con un café, salidas con los amigos...) y los episodios adversos que le inducen a fumar, como el estrés, la ansiedad, enfado...".

Otro de los recursos que aportan los médicos a los fumadores es la elaboración de un "registro de cigarrillos" en el que estos apuntan la fecha y la hora a la que consumen cada cigarro y donde indican, en una escala del 0 al 10, las ganas de fumar.

Este formulario se completa durante una semana y, cuando médico y paciente lo repasan, comprueban en qué situaciones hay que trabajar más.

"Esto no es como la hipertensión o el colesterol, que se da una pastilla y los valores bajan, aquí hay que hacer un abordaje mucho más completo del fumador, darle recursos para que pueda vencer su adicción y no sólo tratar los síntomas", abunda la responsable del Grupo de Tabaquismo de la SEMG.

¿Es seguro el fármaco?

Gallego explica que la vareniclina es un fármaco "bastante limpio", tiene pocas interacciones pero, como cualquier medicamento, puede tener efectos secundarios como náuseas, sensación de cefalea y aturdimiento durante los primeros días, insomnio o inquietud.

Zamorano coincide y añade que se elimina por vía renal y prácticamente no tiene interacciones con otros medicamentos, con lo que, salvo los pacientes con insuficiencia renal, el resto lo puede tomar "perfectamente" porque es "de amplio uso, muy eficaz y seguro".

"Tenemos una experiencia de muchos años con la vareniclina -que ya financia la sanidad navarra- y que ofrece unos datos de éxito de entre el 35 y 40 %", unas cifras que, a juicio de este experto, son "bastante buenas".

Hasta ahora, el coste del tratamiento superaba los 200 euros, ya que cada envase cuesta alrededor de 60 euros y se debe administrar durante 12 semanas.

Los expertos celebran la decision de Sanidad

Tanto los médicos de familia como el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo celebran el anuncio de la ministra de Sanidad ya que el tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en España y un gran problema de salud pública. "Pensamos que se trata de una inversión, no es un gasto en absoluto", asegura Zamorano.

"El que fuma no es soberano, es adicto a la nicotina, le cuesta mucho dejarlo y no puede por sí solo", argumenta este experto.