El insomnio es uno de los grandes problemas que afecta a miles de personas. El nerviosismo aumenta cuando uno intenta conciliar el sueño y no lo consigue, y entra en una espiral enloquecedora para descubrir la causa que le impide descansar. Los problemas personales, el estrés, las preocupaciones... así como el uso excesivo de las nuevas tecnologías inciden de forma negativa en el insomnio.

El descanso es algo imprescindible en nuestra salud física y mental. No sólo importa cuánto dormimos, sino cómo lo hacemos. Nuestro cuerpo necesita dormir para rendir al día siguiente. Y es que escatimar sueño tiene un precio; el doctor Neil Stanley, experto en Sueño de Vispring, señala que "dormir es vital para una adecuada salud mental, psicológica y física", y añade que "la falta de sueño está asociada con un mayor riesgo de enfermedades coronarias, diabetes, obesidad, falta de motivación y malos reflejos, mal humor, irritabilidad y depresión".

El hábito hace al monje, también en los temas del sueño

Los máximos expertos en la materia aconsejan seguir una serie de pautas o hábitos a la hora de dormir que, si se llevan a cabo correctamente, pueden significar un punto de inflexión en el éxito en la vida de las personas. Algunos de estos consejos son:

  • La cama debe de ser cómoda, con un colchón adecuado a las medidas de cada persona. Hay que tener en cuenta que éste es uno elementos principales para lograr un descanso correcto.
  • Evita tener un reloj a la vista en la habitación ya que inconscientemente lo mirarás y aumentarás la sensación de que no puedes dormir.
  • Identificar elementos perturbadores del sueño en el entorno (estrés, malos hábitos en el día a día, etc.), ser conscientes de que existen e intentar eliminarlos.
  • Concienciarse de que para irse a dormir, cuerpo y mente deben estar relajados.
  • Mantenerse activo durante el día, practicando algún deporte como por ejemplo Yoga. Elige un deporte que sea suave y realízalo por la tarde y no por la noche.
  • Evitar siestas largas (como mucho entre 10 y 15 minutos), ingestas dificultosas y el alcohol o el café antes de dormir.
  • Es importante establecer una adecuada rutina diaria a la hora de irse a la cama. Esto ayudará a la mente a saber cuándo es el momento de dejar a un lado las preocupaciones y el estrés. Intenta acostarte y levantarte a la misma hora, incluso el fin de semana.
  • No utilices la cama para trabajar, comer, ver la televisión o estudiar... Sólo para dormir.
  • Con una buena rutina diaria, el sueño aparece. No es aconsejable forzarse a buscarlo, ya que se crea el efecto contrario.
  • La habitación debe de constituirse como una especie de "santuario" y el ambiente tiene que ser relajante (hay que dejar a un lado los aparatos electrónicos). Mantén tu habitación a una temperatura confortable y mantenla a oscuras durante el sueño.
  • Si finalmente no se consigue conciliar el sueño, lo mejor es levantarse, estar activos unos minutos y volver a la cama.
  • Antes de acostarte elabora una lista escrita de todas las cosas que tienes que hacer al día siguiente, para poder liberar tu mente.
  • Cena moderadamente y al menos una hora antes de acostarte. Si te vas a dormir con hambre o demasiado lleno será muy difícil conciliar el sueño.

Importa más la calidad que la cantidad

Importa más la calidad que la cantidad

En cuanto a las horas de sueño, el Dr. Stanley afirma que no es tan importante la cantidad de horas que se duerma, sino la calidad de ese tiempo. "Es un mito que se necesiten 8 horas diarias de sueño, depende de las condiciones de cada persona", comenta el Doctor, que añade "algunas personas funcionan bien con tres horas, mientras otros necesitan once. Para mí, una buena noche de sueño es la que te deja fresco por la mañana y más productivo durante el día".