Por desgracia, el envenenamiento de animales sigue siendo un fenómeno relativamente extendido en nuestro territorio. Puede ocurrir debido a delincuentes sin escrúpulos, pero también de forma accidental si el perro ingiere sustancias tóxicas. En caso de envenenamiento, es absolutamente crucial llevar al perro al veterinario inmediatamente, y hay muchas posibilidades de salvar su vida si actuamos rápidamente. Pero, ¿cómo podemos saber inmediatamente si nuestro perro ha sido envenenado? Hay síntomas típicos a los que debemos prestar atención.

Salivación excesiva y dificultad para caminar

Uno de los primeros síntomas de intoxicación es la salivación excesiva. Este síntoma no es exclusivo de la intoxicación, y también puede darse por otros motivos, pero si se asocia a la dificultad para caminar, debe hacernos sospechar. En particular, si el perro presenta una salivación excesiva y también rigidez de las patas, pérdida de equilibrio y dificultad para caminar, es posible que se trate de una intoxicación. En este caso, es absolutamente esencial llevar al perro al veterinario inmediatamente.

Otros síntomas que pueden hacernos saber que el perro ha sido envenenado son la diarrea, la falta de aire y los vómitos. Si el perro presenta estos síntomas, también prestaremos atención a las mucosas del interior de la boca. Si aparecen pálidos, es posible que estos síntomas se deban a una intoxicación o envenenamiento.

Cuando aparecen los síntomas

Hemos visto cómo distinguir los primeros signos, pero ¿cuánto tiempo pasa entre la ingestión de sustancias venenosas y los síntomas? Depende del tipo de sustancias tóxicas ingeridas. Algunos, como los venenos para ratas, son de acción retardada y pueden empezar a causar síntomas incluso 2 o 3 días después de la ingestión, mientras que otros muestran síntomas en cuestión de minutos. Entre los venenos más ingeridos, además del raticida, están los insecticidas, los herbicidas y también los productos de limpieza.

Entre las sustancias tóxicas naturales, hay que tener cuidado con plantas como la adelfa, el laurel, el rododendro, el muérdago o los lirios, pero también con las setas (las mismas que también son venenosas para el ser humano). Algunos alimentos también pueden ser muy tóxicos para los perros si se ingieren en grandes cantidades, como las cebollas, el ajo o las uvas, y nunca deben darse a los perros.

Qué hacer para minimizar los daños

Como ya se ha dicho, es absolutamente esencial ponerse en contacto con el veterinario inmediatamente si hay algún síntoma sospechoso. Si pillamos al perro 'in fraganti' cuando acaba de ingerir una sustancia tóxica, podemos probar a inducirle el vómito, utilizando agua salada, o sal directamente. Si no somos expertos, debemos contactar con la consulta del veterinario o con un servicio de urgencias que nos podrá aconsejar sobre qué hacer.