La Infanta Sofía llega a la mayoría de edad segura y consciente de su papel como puntal de Leonor

Tiene la Infanta Sofía un mirador con su nombre en Santa María del Puerto, en el municipio asturiano de Somedo, asturiana a casi 1.500 metros de altitud, justo en el límite entre Asturias y León. Fue un pequeño detalle, un "regalo" que se le quiso hacer a la hija menor de los Reyes de España en 2021 cuando acudió con el resto de la Familia Real a entregar a sus vecinos el premio "Pueblo Ejemplar" que concede anualmente la Fundación Princesa de Asturias. "Se pensó en darle la sorpresa. Se hizo un recorrido con el final en el mirador. La reacción inicial de la Infanta fue pensar que se habían equivocado al ver su nombre. Destacaría una sencillez y un saber estar entrañables", recuerda Belarmino Fernández Fervienza, "Mino", alcalde de Somiedo.

Una emocionada Sofía, que entonces tenía 14 años, lo agradeció con sinceridad una vez que le aclararon que la equivocación no era tal y que suyo era ese emplazamiento con vistas privilegiadas a las montañas asturianas. Pero esa reacción inicial deja ver que la Infanta, que este 29 de abril alcanza su mayoría de edad –le pilla en Gales, donde apura la recta final de sus estudios de Bachillerato en el World Atlantic College–, tiene asumido que ella no es la protagonista en la mayoría de las ocasiones y que es muy consciente del papel institucional que le corresponde como segunda en línea de sucesión y hermana de la heredera de la Corona, la Princesa Leonor.

Nuevo rol

En ese papel institucional se centra Carlos Fuente (Oviedo, 1959), doctor y director de los estudios de Protocolo y Eventos de la Universidad Camilo José Cela. Fuente considera que, si no en tal medida como le sucedió a su hermana, la Princesa de Asturias, con la mayoría de edad "muchas cosas deberán cambiar" en la vida de la Infanta. "Sofía deja de ser la simple expresión de la ‘otra hija menor’ y la hermana pequeña. Como segunda en la sucesión debería asumir un nuevo rol que ser la simple persona que acompaña a sus padres y hermana", apunta el que fuera director de Protocolo de la Fundación Princesa. Reclama para la Infanta una "agenda propia" que evite que se convierta en la "sombra de Leonor" y sea "un referente mayor".

Y es que hasta ahora es la benjamina de la Familia Real la más desconocida de todos, con los focos apuntando principalmente, por motivos obvios, a la Princesa de Asturias. Sofía de Borbón y Ortiz es, según los asturianos que la han tratado, tranquila, prudente, madura para su edad, buena estudiante (ahora debe decidir qué carrera hacer) y amante de los deportes. Además, ha sido criada sin perder de vista Asturias, la tierra natal de su madre la reina Letizia, tal y como lo reveló su propia hermana Leonor en el discurso al recibir la Medalla de Asturias. Contó, por ejemplo, que le gusta el 'pantrucu'–plato típico de Ribadesella– y no tanto los 'oricios', y que ambas han hecho senderismo y disfrutado de las playas asturianas desde pequeñas gracias a las escapadas familiares (y privadas) al Principado.

La anécdota en el mirador de Somiedo, esa "sorpresa" de la Infanta y "su idea de que podía ser un error" al ver su nombre, también la recuerda bien la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo. "Es muy prudente y muy consciente del papel que le corresponde dentro de la Familia Real y, sin duda, será un excelente apoyo para su hermana". Sanjurjo es testigo privilegiado de la evolución de las hijas de los Reyes a medida que han ido cumpliendo años. Desde 2019 no faltan a la entrega de los premios en Oviedo.

"Su Alteza Real siempre ha mostrado una gran sintonía con su hermana. Lo vimos en ese emotivo abrazo tras la lectura del primer discurso, y en las siguientes ediciones, con constantes muestras de afecto y complicidad, tanto en público como en privado. En cada edición ha dejado ver su curiosidad e interés por la obra de los galardonados, con los que ha tenido ocasión de charlar en diferentes momentos". La Directora reseña, además, el "cariño que despierta en la gente que se acerca a mostrar su afecto por la Familia Real".

De ese cariño popular han sido testigos el alcalde de Somiedo y también el de Pravia, David Álvarez, quien estuvo en el "Pueblo ejemplar" de Somao en 2020, en plena pandemia, una visita que sirvió para ilustrar la postal navideña de ese año de Zarzuela, con una foto de las hijas de los Reyes desde la casa indiana de la Torre Amarilla con el Bajo Nalón a sus espaldas. "Ella era muy cría, tenía 13 años, hablé durante el recorrido con ella, muy genérico, pero transmitió lo mucho que le gustaba Asturias, lo guapo que le parecía Somao. También coincidí años antes en Covadonga y luego en los premios. Siempre me ha parecido que entiende muy bien su papel y la idea de su padre de acercar la Monarquía al pueblo", señala el praviano.

En la misma línea se pronuncia el presidente del Principado, Adrián Barbón, quien dice ver en Sofía "una joven de su tiempo, consciente de la época que le toca vivir, con las mismas inquietudes y conocedora de lo que piensan" los de su generación. Además, destaca su faceta institucional. "La veo muy preparada para un papel que no debe de ser fácil asumir" como es el de integrante de la Familia Real de España, añade. "Noto además que se está formando mucho y percibo su amplio conocimiento de la Historia".

Con la Infanta y el resto de la Familia Real ha compartido el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, las recepciones a los mejores estudiantes de cada curso en los Premios Princesa. En esos encuentros ha visto el "apoyo indispensable" que supone para la Princesa Leonor a la que él ve "muy unida". Y añade: "Sin trato directo, tengo la impresión de que es una mujer con una naturalidad y sencillez que la hacen cercana a esa generación de 18 años que es el futuro de España. Es cercana, demuestra gran madurez y sabe perfectamente cuál es su papel sin perder esa naturalidad y espontaneidad propias de su edad".

Esa madurez y "sólida formación académica" las resalta Luis Fernández-Vega, quien opina que la Infanta Sofía "brilla con luz propia por su genuina personalidad". El oftalmólogo, quien fue presidente de la Fundación Princesa de Asturias hasta 2023, explica: "Su presencia transmite serenidad, es buena conversadora de acuerdo a su edad y en todo momento presenta un saber estar impecable, además de demostrar su compromiso con los valores que representa". Cree Fernández-Vega además que "su capacidad para desenvolverse con naturalidad en actos públicos, con su discreta pero firme implicación en sus deberes, son garantía de excelencia y el verdadero sello de la Casa Real".

Siempre se ha hablado del gusto por el fútbol de la benjamina de los Reyes, algo que quedó demostrado cuando en el verano de 2023 acompañó a su madre a Australia a la final del Mundial Femenino y pudo celebrar la victoria de las españolas. De ello fue testigo la asturiana Montse Tomé como seleccionadora del equipo. "Para nosotros fue un orgullo que nos acompañasen en la final", apunta Tomé a La Nueva España. "Fue una ayuda fundamental para seguir dando visibilidad a un deporte en auge como es el fútbol practicado por mujeres". Recalca la entrenadora que la presencia de la Infanta fue "importantísima" para el equipo y que "disfrutó de un partido histórico". Y de ella habla como una persona "cercana, educada, empática y siempre sonriente; es un referente para la gente joven".

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