Una memoria de hierro puede facilitar las cosas cada día, y piense en la utilidad que este don puede tener tanto en el trabajo como en el caso de los jóvenes que estudian. Recordar las cosas hace que el camino se allane. A nivel profesional, hay compromisos y detalles que no pueden olvidarse en absoluto. Y en cuanto a los estudiantes que se topan con esos profesores que se preocupan mucho por las fechas o que exigen escuchar de memoria un poema interno, una memoria de hierro es justo lo que puede salvarnos de la distracción.
Pero, ¿cómo se consigue una memoria de hierro? Para lograrlo, hay que someter a dos zonas concretas del cerebro a un estrés particular. Se trata del neocórtex y el hipocampo. Hay varias acciones que, sobre todo a medio y largo plazo, pueden ser de gran ayuda para que el entrenamiento realizado a diario dé sus frutos. ¿Cuáles son los detalles que marcan la diferencia?
Los ejercicios sencillos, como los crucigramas y los rompecabezas en general, son muy importantes. Como también lo es leer por sí solo. Cuanto más leamos -y cuanto antes empecemos a hacerlo- mejor seremos, con una memoria entrenada ya de niños que nos allanará el camino en muchas circunstancias. Leer y especializarse en rompecabezas y juegos de palabras, escribir varias veces a la semana (por ejemplo, rellenar un diario), estimular y satisfacer la propia curiosidad son formas de mantener la mente entrenada, de hacer que la masa cerebral trabaje y se mantenga bien receptiva. Pero todo esto es importante hacerlo incluso de adultos, tanto en la vejez como cuando se es anciano. De hecho, es esencial hacerlo, porque así la mente permanecerá siempre despejada, incluso cuando el cuerpo se vea vencido por los achaques del paso del tiempo y las enfermedades físicas. Además, una investigación realizada por la Universidad estadounidense de California también hace hincapié en otro factor importante: el descanso adecuado. Dormir bien, sin interrupciones y al menos ocho horas por noche, ayuda a la mente a sentirse mejor y a funcionar mejor.
En concreto, científicos californianos han observado una eficacia específica en la precisión de la llamada memoria de reconocimiento. Esto también podría tener efectos positivos en sujetos que padecen enfermedades neurodegenerativas, como las conocidas de Parkinson y Alzheimer. Los investigadores también observaron que, cuando trabaja y se somete a estimulación, el cerebro -tanto el nuestro como el de los animales- produce ondas de distintas frecuencias.
Ocurre con todas las regiones del cerebro, como el neocórtex, el tálamo, el hipocampo... y se comprobó que este proceso era mejor tras una buena noche de descanso y durante la cual los sujetos observados en este estudio recibieron una leve estimulación cerebral. Al día siguiente, su capacidad para conocer las caras de personajes famosos era mejor. Todo lo observado también podría ser muy útil en situaciones especiales como las enfermedades neurodegenerativas antes mencionadas, al menos para poder frenar los desastrosos efectos que tienen en el cerebro de los afectados. También existen otros trucos para entrenar la memoria e incluso alimentos para comer, muy recomendables por su contenido en nutrientes y sustancias indispensables.