El papel higiénico es algo habitual en todas las casas, pero muy pocas veces le damos la importancia que merece. Y es que el papel higiénico se puede utilizar para llevar a cabo numerosos trucos en el hogar, aunque también hay un truco para el propio papel higiénico que te cambiará la vida. Y es que no vas a creer el resultado final.

El papel higiénico es un producto que ha sido utilizado por personas desde hace miles de años. La historia del papel higiénico se remonta a la antigua China, donde los chinos utilizaban hojas de papel para limpiarse después de hacer sus necesidades. Este papel se fabricaba a mano y se vendía en tiendas especializadas.

Sin embargo, no fue hasta la llegada de los romanos al Asia Menor en el siglo II a.C. cuando el papel higiénico se introdujo en Europa. Los romanos adoptaron el uso del papel y lo popularizaron a lo largo de su imperio. Durante la Edad Media, el papel higiénico continuó siendo un artículo de lujo y solo era utilizado por la realeza y la nobleza.

El papel higiénico moderno fue inventado en el siglo XIX, cuando los inventores estadounidenses Joseph Gayetty y Seth Wheeler desarrollaron papeles especialmente diseñados para la higiene personal. Este papel se vendía en paquetes y se utilizaba para secarse después de lavarse con agua. A medida que la industria del papel creció, los fabricantes comenzaron a producir papeles más suaves y absorbentes.

En la década de 1920, los fabricantes comenzaron a producir papel higiénico en rollo, lo que permitió a las personas tener un suministro continuo en sus baños. La producción a gran escala también permitió a los fabricantes ofrecer una amplia gama de opciones, como diferentes texturas, tamaños y fragrancias.

Uso cotidiano

Hoy en día, el papel higiénico es un producto de uso cotidiano en todo el mundo. Es un producto básico en hogares, baños públicos y otros lugares. La industria del papel higiénico ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años y se espera que continúe creciendo en el futuro.

Pues hay una manera de cambiar el papel higiénico, es decir, darle una vuelta de tuerca para que sea mucho más agradable. Para eso necesitarás un disco de algodón desmaquillante y suavizante para la ropa. Deberás empapar el disco desmaquillante con el suavizante y lo meterás en el hueco que tiene el papel, debajo del rollo de cartón.

Y de este modo ya verás como el perfume del suavizante se traspasa al papel higiénico, que olerá mucho mejor y será mucho más agradable.