No hagas esto en tu lavavajillas: el motivo por el que no se debe dar un agua a los platos antes de meterlos
No siempre sabemos utilizar bien este electrodoméstico y sacarle el máximo partido
Manuel Riu
Más de la mitad de los hogares españoles tienen un lavavajillas en su cocina, según recoge el INE, un electrodoméstico pensado para ahorrarnos mucho tiempo en una de las tareas más tediosas y repetitivas del hogar.
Sin embargo, no siempre sabemos utilizarlo bien y sacarle el máximo partido. En ocasiones, seguimos repitiendo hábitos que a día de hoy no tienen sentido. Uno de los más extendidos es el de enjuagar los platos antes de meterlos al lavavajillas.
Tanto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU como empresas especializadas en el sector como Finish, recalcan que no hay que llevar a cabo un prelavado manual antes de meterlos en el lavavajillas.
"Algunos de nosotros al realizar esta acción nos sentimos más seguros, creemos que no quedará ninguna mancha en la vajilla, pero en realidad si enjuagamos los platos antes de meterlos en el lavavajillas resulta menos eficiente en cuanto al ahorro de agua. Los lavavajillas funcionan con altas temperaturas para asegurarse de que los platos estarán perfectamente limpios al final del ciclo de lavado", cuenta la página web de Finish.
Es decir, realizar este acto conlleva dos problemas: el primero es que habremos gastado más agua y energía de la necesaria, algo nada ecológico. La segunda es que, si los platos ya están casi limpios, las enzimas del jabón rinden menos. Así que lavar los platos antes de meterlos en el lavavajillas también hace que no aprovechemos al máximo el potencial de estos electrodomésticos.
Muchos modelos vienen con un sensor que evalúan cuánta agua necesitan para limpiar los platos al inicio del ciclo, por lo que si los hemos enjuagado previamente, puede que la lectura no se haga de forma correcta y no se laven bien los platos.
El truco para que tus platos salgan completamente secos del lavavajillas
El truco para conseguir que la vajilla esté seca sólo hay que hacer lo siguiente: cuando el lavavajillas finalice, debemos abrir la puerta y colocar un paño. De esta manera, el paño absorberá la humedad y dejará tu vajilla seca.
Esto evitará que se vuelvan a ensuciar con facilidad y que mojen armarios u otros enseres. Asimismo, también ayuda a conservar mejor la vajilla y librarla de desconchones.
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