Son tantos los juguetes que forman parte de la infancia de un niño que lo normal es que se acaben cansando de ellos a medida que crecen. Con hermanos o familiares más pequeños darles una segunda vida a dichos artículos es una tarea mucho más sencilla. Hay algunos que, sin embargo, no sobreviven a su primer dueño y lo más coherente es tirarlos en la basura en vez de ocupar espacio.

No es extraño encontrar a quien guarda sus más preciados peluches o muñecos de la infancia en cajas que acaban ocupando lugar y acumulando polvo al fondo de un armario o en el trastero a la espera de que lo herede otra generación. Aunque sea difícil desprenderse de muchos artículos con valor sentimental, varias teorías sobre el orden apuntan que lo mejor es mantener el menor número de cosas posibles y que resulten útiles en vez de estar a expensas de si aquel juego de tu infancia no se desfase de más con el paso del tiempo.

Aun así, existen juguetes que resisten al paso del tiempo y no dependen de las modas. LEGO surgió en 1932 y su nombre es un juego de palabras resultante de las palabras danesas “leg godt” –“juega bien”. En 1949 nació el precursor a los famosos ladrillos de la marca que se conocen actualmente, los “Automatic Binding Bricks”. El nombre cambió a “LEGO bricks” cuatro años después y en 1955 llegaría la primera plataforma de juego. El crecimiento de la empresa continuó llevándose a cabo hasta convertirse en lo que es ahora: un juguete que ha pasado por manos de casi todos los miembros de cada unidad familiar. Eso sí, el ladrillo en su forma actual, tal y como cuenta la página oficial de Robotix, se constituyó en 1958.

Pero almacenar tantas piezas puede llegar a resultar complicado. Por eso, un usuario de Twitter ha compartido un vídeo en el que ofrece varias alternativas para esos ladrillos molestos que no hacen más que ocupar espacio:

Dale un toque distinto a tu lámpara: una lámpara cuadrada y blanca puede resultar incluso aburrida. Una opción es crear un muro de piezas LEGO con huecos que permita pasar la luz, pero que genere un toque divertido para la vista.

Decora tu habitación de forma diferente: usa un marco con la profundidad suficiente como para tirar varios ladrillos al libre albedrío. Coloca en la parte posterior una silueta cualquiera recortada a cartulina y tendrás un cuadro distinto a lo habitual. Puede ser una divertida actividad que desarrollar con tus hijos.

Crea un mueble para no perder las llaves: crea un llavero con una de las piezas y ponlo en tus llaves. Después, tan solo tendrás que hacer con una pieza más larga una especie de tabla que pegar en la pared del pasillo donde encajar la pieza de las llaves. Allí podrás dejarlas y no olvidarte de ellas antes de salir de casa.