Tener unos dientes sanos y blancos es el sueño de muchos, y la sonrisa es sin duda nuestra tarjeta de visita más directa cuando conocemos a alguien. Por eso, hoy en día se nos ofrecen innumerables soluciones para tener unos dientes más blancos, desde la pasta de dientes blanqueadora hasta el blanqueamiento profesional e incluso las carillas dentales. Pero si hemos decidido blanquear nuestros dientes, ¿cómo debemos proceder? ¿Qué técnica es la mejor? ¿Podemos hacerlo en casa o es mejor ir al dentista? Y sobre todo, cuánto cuesta tener los dientes más blancos.

La mayoría de las técnicas de blanqueamiento dental utilizan peróxido de hidrógeno. Una vez aplicada sobre los dientes, esta sustancia se "activa" mediante una luz LED, y pasa a eliminar las manchas y a blanquear el esmalte en profundidad. Existen en el mercado kits de blanqueamiento en casa, con una mascarilla y una luz LED. Pero entonces, ¿cuál es la diferencia entre hacerlo en casa y hacerlo en el dentista? La mayor diferencia es la concentración de peróxido de hidrógeno que se utiliza en los dientes. Los productos profesionales de los que disponen los dentistas, de hecho, contienen una mayor concentración de peróxido de hidrógeno (alrededor del 35% frente al 10% de los productos que podemos comprar para uso doméstico). Su eficacia es, por tanto, mayor, pero, por supuesto, sólo pueden utilizarse en la consulta del dentista bajo su supervisión directa.

Qué blanqueamiento dental debe hacerse y cuáles son las diferencias de precio

La diferencia de precio entre un blanqueamiento dental en casa y uno realizado en la consulta del dentista es considerable. En Internet, podemos comprar sencillos kits de blanqueamiento dental caseros a precios muy bajos, incluso de 20 o 30 euros. Lidl cuenta con un producto perfecto para esta tarea denominado Dentalux.

El blanqueamiento profesional realizado en la consulta del dentista, en cambio, suele tener un precio no inferior a 150 euros, pudiendo llegar a los 500 euros. Obviamente, sin embargo, los resultados son diferentes. El blanqueamiento realizado en la consulta del dentista dura mucho más, incluso varios meses, mientras que el realizado en casa puede durar sólo unos días. En ambos casos, debemos tener cuidado de no consumir alimentos y bebidas que puedan manchar los dientes en las horas inmediatamente posteriores al blanqueamiento, como el café, el té, el vino, las especias o los tomates.

Ahora que ya sabemos qué blanqueamiento dental hay que hacer, tengamos en cuenta que no todos somos buenos candidatos para el blanqueamiento. Puede haber contraindicaciones como caries, dientes sensibles o problemas de encías. Por lo tanto, consultemos al dentista antes de proceder a un blanqueamiento casero o profesional.