Con la llegada de la primavera y el calor del verano, por fin podemos volver a tender la ropa en el exterior. Lo que significa decir adiós a la factura de la secadora durante unos meses. Pero también para eliminar el olor a humedad y el riesgo de moho, ambos causados por el secado de la ropa en el interior. Además, tu ropa olerá más limpia que nunca.

Como nos enseñan las abuelas, la ropa seca al aire libre huele bien y es saludable. Sin embargo, podemos enfrentarnos a un nuevo problema: el sol puede manchar nuestra ropa. Afortunadamente, existen soluciones para eliminar y evitar las manchas amarillas y blancas creadas por los rayos del sol.

Cómo evitar que el sol decolore la ropa

Aunque la acción del sol permite que la ropa se seque rápidamente y también tiene una acción limpiadora, a menudo mancha nuestra ropa. En efecto, los rayos del sol aclaran los tejidos y el resultado son manchas amarillas y blancas en la ropa blanca y de color, respectivamente. Esto ocurre por algunos errores al tender la ropa. El primer error es colocar el tendedero directamente bajo los rayos del sol. Sería preferible colocarlo en un lugar más resguardado donde el sol llegue indirectamente. Otro truco es colgar la ropa y la colada del revés para evitar las manchas en el exterior. Sin embargo, si ya hemos hecho el daño, sólo queda resolver y aplicar medidas preventivas en el próximo lavado.

Volveremos a recurrir a la sabiduría de nuestras abuelas, que nos transmitieron métodos para cualquier eventualidad. Nos enseñaron a quitar las manchas de lejía de los blancos y los colores, así como a contrarrestar las manchas causadas por el sol. Para las manchas amarillas en la ropa blanca, podemos utilizar limón y agua. Basta con exprimir el zumo de un limón en un vaso de agua y luego frotar la mancha con esta mezcla. Igualmente eficaz puede ser el uso de bicarbonato de sodio. Puede añadirse a la solución anterior o extenderse sobre las manchas antes de sumergir la ropa en agua.

Las otras dos soluciones serían adecuadas tanto para la ropa blanca como para la de color. Llenamos un barreño con agua fría y vertemos en él medio vaso de vinagre blanco. Dejamos la ropa en remojo durante unas horas antes de aclararla. El jabón de Marsella también debería ser eficaz. Basta con frotarlo sobre las manchas y dejarlo actuar dentro de un recipiente lleno de agua. O, si lo preferimos, podemos añadir unos cuantos copos al agua.

Estos ingredientes que se encuentran en todos los hogares deberían aclarar los colores y hacer desaparecer las manchas del sol. Por supuesto, antes de utilizar estos métodos, asegurémonos de que no dañarán los tejidos en cuestión. Será una buena práctica probarlos primero en un pequeño rincón del revés.