Hacer la colada a veces es una de las tareas domésticas más tediosas. Para alargar la vida útil de nuestra ropa es importante cuidar cómo y con qué la lavamos, además de hacerlo del modo más delicado posible. Una vez que las prendas están limpias y secas para lucir perfectas toca una de las 'penitencias' del primer mundo: planchar. Para hacer el trago más llevadero y al mismo tiempo cuidar tu ropa debes tener en cuenta una serie de consejos.

Existe un momento clave para facilitar la tarea de pasar la plancha: el de sacarla de la lavadora. Cuando sacas la ropa tienes que darle un para de “golpes” en el aire. Estirarla todo lo que puedas a la hora de tenderla y sacudirla bien va a hacer que tus prendas estén mucho menos arrugadas. También te puede facilitar el planchado poner un foco de calor más o menos cerca de la ropa. Si por ejemplo tiendes la camisa en el baño durante la ducha previa a irte de casa vas a conseguir que se reduzcan las arrugas.

Varios expertos en limpieza recomiendan meter dentro del agua que metes dentro de la plancha (con la que obtienes el vapor) pequeñas perlas de suavizante. ¿Qué vas a conseguir con eso? Que la ropa esté más suave y por tanto se planche mejor y que huela como nueva. Pero aún hay más. Si quieres que quede aún más lisa puedes tenderla en el baño cuando te estés duchando: así lograrás que te quede mejor.

Planchar no es una tarea agradable para casi nadie (aunque hay gente a la que le gusta), pero hay que hacerlo. Y por eso te ofrecemos cada día en nuestra sección de Decoración toda una serie de trucos que puedes llevar a cabo en tu día a día y que te ayudarán a mantener tu hogar de una forma más fácil y rápida. Está claro que cada vez tenemos menos tiempo para hacer las tareas del hogar y por eso es importante ahorrar ciertos hábitos que no son necesarios o, en cambio, reforzar otros que sí que lo son y que te llevarán un poco menos de tiempo. Economizar es la clave.

Lidl ha rebajado una de sus planchas más famosas más de 100 euros. Se trata de "Philips Centro de planchado 2400 W con suela de cerámica de descalcificación fácil utilizando el recipiente suministrado, sin costes adicionales para los cartuchos"

La plancha es uno de esos pequeños electrodomésticos que facilitan nuestro día a día y nos permiten conseguir que nuestras prendas de ropa luzcan estiradas e inmaculadas para llevarlas tanto en nuestra cotidianidad laboral como en nuestras ocasiones más especiales.

1. Limpieza con bicarbonato sódico

Mezcla dos cucharadas de bicarbonato con una de agua, remueve hasta generar una pasta ligeramente densa, aplícala a la plancha con los dedos o una espátula, deja que actúe y luego retírala con un paño húmedo. Limpia con otro paño seco y usa un bastoncillo para los orificios. Después vacía el depósito, vuelve a llenarlo con agua destilada o mezclada con vinagre, pon la plancha al máximo de temperatura y generando vapor, que pasará por los agujeros y limpiará el resto de suciedad. Plancha un trapo viejo o alguna prenda inservible para que recoja los restos que queden, vacía el depósito y deja la plancha enfriar.

2. Limpieza con sal

Echa varias cucharadas de sal de mesa fina en un paño seco, calienta la plancha (con cuidado para evitar quemaduras) y frota hasta conseguir la desaparición de las manchas. Deja enfriar y limpia con un paño húmedo para quitar los restos.

3. Limpieza con vinagre

Moja un paño con vinagre blanco templado y frota con él la base de la plancha. Para manchas muy enquistadas, haz lo mismo con vinagre y sal. Al terminar la operación, limpia con un paño seco.