La sudoración es un mecanismo natural del cuerpo. Nuestro cuerpo produce aproximadamente ½ litro de sodio al día. Sin ella, la temperatura corporal no podría regularse y correríamos el riesgo de morir por sobrecalentamiento. De hecho, con la llegada del calor es normal sudar más, sobre todo en zonas como las axilas, las manos, la cara y los pies.

El aumento de las temperaturas en épocas de calor no hace más que empeorar la situación. El problema es que el sudor suele ir acompañado de un mal olor. Los pies son los que más sufren, ya que empiezan a emitir un terrible hedor cuando están encerrados en los zapatos. Ni que decir tiene que este problema es muy preocupante y embarazoso para quienes lo padecen y piensan que no hay salida.

Sin embargo, hay muchas soluciones al problema. Hoy vamos a ver cómo deshacernos definitivamente del vergonzoso mal olor de los pies sin utilizar los productos químicos que suelen encontrarse en el mercado. Para ello, sólo se necesita un elemento reciclado que todos tenemos en casa y un ingrediente natural secreto. Una vez que hayas utilizado este truco, no tendrás que volver a preocuparte por los malos olores.

Cualquiera que sufra de sudoración excesiva en los pies sabe que depende en gran medida del tipo de calzado que se utilice. Un zapato que no respira bien puede causar graves problemas al usuario. Pero eso no es todo, porque incluso cuando el zapato se quita y se lava, sigue emitiendo olores desagradables. El armario y el zapatero también podrían estar infectados. Entonces, ¿cómo podemos prevenirlos y eliminarlos de forma natural?

El primer paso es elegir un calzado transpirable y una plantilla. El segundo paso es utilizar calcetines viejos para una técnica que nos sorprenderá. Cualquier tipo de calcetín servirá, preferiblemente calcetines cortos (calcetines fantasma) que sean viejos o tengan agujeros. Lo que vamos a hacer es cubrir toda la plantilla con el calcetín y luego volver a introducirlo en el zapato. Esto permitirá que el calcetín capture el exceso de sudor sin empapar la plantilla o el interior del zapato.

Además, utilizaremos un viejo truco utilizado para captar los malos olores. Lo que necesitamos es una bolsa de té negro, que actúa como agente antibacteriano natural y atrapa olores. Sólo hay que dejar una bolsa de té por zapato para que se infusione en el agua hirviendo. A continuación, basta con introducirlos y dejarlos durante unas horas. El único inconveniente es que el té podría manchar el interior de los zapatos de cuero u otros materiales delicados.