El truco que tienes que conocer para limpiar las lámparas de tu casa y dejarlas como nuevas
De araña, de pergamino o de acero... descubre los mejores consejos para que el polvo no se resista
M.C.
Hay elementos del hogar que a veces pasan desapercibidos a la hora de calzarse los guantes y coger el plumero. Más allá de las cosas que solemos limpiar habitualmente, las lámparas, sobre todo las de techo, no suelen captar mucho nuestra atención en cuanto a la suciedad se refiere.
La acumulación de polvo en bombillas y pantallas originan la pérdida parcial de luminosidad, algo que puede ser un fastidio y además engrosa la factura de la luz. Para tener el ambiente deseado en el hogar y conseguir bajar unos eurillos en la fatídica cuota energética hay que limpiar adecuadamente todas las luminarias de la casa. Además, el calor que desprenden también provoca suciedad.
Así, lo primero y más importante es afanarse en la tarea cuando las lámparas estén frías. Las bombillas se tienen que limpiar con un trapo húmedo cuando estén apagadas y sin calor, y la estructura en sí se debería desmontar para ser adecentada pieza por pieza.
Y aunque los objetos con demasiados ángulos y elementos suelen ser complicados de limpiar, nada es imposible. Ya sean de araña, de pergamino, de acero inoxidable... te mostramos unos sencillos trucos que dejarán tus lámparas como nuevas y sin rastro de suciedad.
Lámparas de cristal
Para acabar con la suciedad en las luminarias de cristal lo mejor es empapar un trapo con producto específico. Otra idea es usar amoniaco, muy efectivo con la suciedad. Finalmente, tras quitar el polvo y las manchas, lo mejor es pasar un trapo limpio para dar brillo.
Lámparas de araña
Una mezcla de alcohol, jabón y agua es perfecta para ponerse con la infinidad de piezas de una luminaria de este tipo. Se pone en un rociador y se extiende por toda la lámpara para después pasar un trapo limpio y seco por cada una de las superficies.
Lámparas de acero inoxidable
En esta superficie lo más efectivo es una mezcla de amoniaco y agua. También con un pulverizador, se rocía para después pasar un trapo limpio. Hay que dejar secar bien antes de volver a activar la electricidad.
Lámparas de pergamino
Este tipo de luminaria tiene la peculiaridad de que pueden acabar con manchas en la tulipa. Para eliminarlas, lo perfecto es frotar sobre cada una con miga de pan caliente. Al terminar, se pasa un papel secante.
Lámparas con tulipa en la cocina
Las luminarias que se encuentran en espacios como la cocina, además de polvo, recogen la grasa de los vapores de los fogones. Un producto quitagrasa o una mezcla de agua y amoniaco es lo idóneo para decir adiós a la grasa.
Lámparas halógenas
Este tipo de luminaria se tiene que limpiar con un trapo de algodón totalmente seco. Esto último es muy importante. No puede estar mojado.
Lámparas de papel
La mejor forma de dejarlas impolutas es quitando primero el polvo con un paño seco para después pasar una goma de borrar blanda por toda la superficie
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