Hay tareas del hogar que son más fáciles de llevar a cabo que otras. Y luego están esas labores aborrecibles y tediosas que siempre dejamos para otro día, para la semana que viene o, incluso el mes que viene y acaba por llegar momento de afrontarlas.

¿Cómo limpiar correctamente una persiana?

No es lo mismo limpiar la persiana por fuera que por dentro, especialmente si no tenemos acceso a ella por la parte exterior. Por otro lado, debemos tener en cuenta de qué material está hecha nuestra persiana: madera, PVC, plástico, aluminio... La naturaleza de cada persiana reclama un tipo de producto diferente. [Aprovecha para limpiar las ventanas con este truco infalible]

El color también es determinante a la hora de mantener la limpieza, ya que el blanco, que es uno de los colores más típicos en este elemento, resulta un poco más difícil.

Con un poco de jabón neutro y agua limpia podremos sacar brillo a nuestras persianas sin tener en cuenta el tipo de material de que están compuestas. Sin embargo, cuando la suciedad está muy pegada, puedes hacerte con productos más específicos (que no sean abrasivos) o, incluso, comprar una vaporeta.

La parte de afuera

Si tienes acceso al exterior de la persiana, la limpieza es mucho más sencilla: bajala persiana de forma parcial para que las lamas queden abiertas y tengas acceso a las típicas ranuras, donde se acumula la suciedad.

A continuación, coge un cepillo de cerdas blandas límpialo bien de arriba abajo para deshacerte de la suciedad. Después de cepillar la persiana, tienes que aspirarla tanto por dentro como por fuera.

Ahora, libre de polvo, pasa una bayeta con agua y jabón neutro, de izquierda a derecha y de arriba abajo. Cuando esté bien limpia, es importante secarla utilizando un trapo de algodón y, deájala secar a un lado para limpiar el interior más adelante.

Si no tenemos acceso al exterior de las persianas la solución tradicional es abrir el cajón superior donde se enrolla la persiana.

Deberemos coger una escalera y con un cubo lleno de agua y jabón ir limpiando la parte visible de la persiana enrollada. A continuación, desenrolla un poco la persiana hasta que ya no verás la parte que has limpiado, quita la suciedad de la siguiente vuelta. Repite el procedimiento hasta que hayas limpiado la persiana al completo.