Tener un lavavajillas en casa es tener un tesoro. Cualquiera que no tenga un lavavajillas sabe el tiempo y el esfuerzo que supone lavar a la perfección todos los platos, vasos, ollas y cubiertos que utilizamos a diario. Pero ya que tenemos la suerte de tener este electrodoméstico, debemos mantenerlo limpio y vigilar la higiene en su interior. Lo único que tenemos que hacer es asegurarnos de no cometer ningún error que pueda hacerlo peligrar. Y cuidar su olor también será una acción que no debe descuidarse.

A continuación te explicamos cómo hacer que este electrodoméstico huela bien y elimine todo tipo de malos olores

Todo lo que necesitas para que tu lavavajillas huela bien es un ingrediente: la naranja. De hecho, si queremos eliminar el mal olor del lavavajillas, simplemente tendremos que recurrir a esta deliciosa fruta que a todos nos encanta. En primer lugar, tendremos que coger 2 o 3 naranjas y exprimirlas, vertiendo la mezcla en un vaso pequeño. A continuación, tenemos que verter el zumo en la cesta de nuestro lavavajillas. Y finalmente, como última acción, sólo tendremos que iniciar un programa de larga duración y alta temperatura con nuestro aparato vacío. De este modo, la naranja hará su trabajo, eliminando cualquier olor desagradable dentro del lavavajillas.

Una vez que hayamos terminado de lavar, podemos abrir nuestro lavavajillas y ver el resultado por nosotros mismos. Oleremos un fresco olor a naranja que invadirá toda la cocina, permitiéndonos vivir en un ambiente definitivamente libre de malos olores. Además, es un remedio de abuela tan sencillo, rápido y barato que es imposible no probarlo.

Si se te rompe la lavadora es un drama en casa, y no es para menos. Este electrodoméstico es de los más usados en casa, ya que nos hace la vida más fácil y nos ahorra mucho tiempo y también mucho dinero. Si quieres alargar la vida de tu lavadora tendrás que cuidarla y mimarla.

Mantenerla limpia no sólo es una obviedad si no que también ayudará a proteger tu ropa, pero también te ayudará usar sus diferentes programas. Así lograrás prolongar la vida de tu lavadora pero también de tu ropa, ya que le darás un tratamiento óptimo.

Para lograr este objetivo tienes que seguir estos tres trucos:

1. Usar bien la lavadora

Quizás el punto más importante de todos, es saber cómo funciona el electrodoméstico, para así poder sacarle el máximo rendimiento. Para ello, no estaría de más desempolvar el manual de instrucciones, lo que nos permite entender y optimizar la lavadora. Comprender para qué sirve cada programa nos permitirá explotar al máximo todas las capacidades que nos ofrezca.

Normalmente se suele aconsejar limpiar la lavadora una vez al mes, incluyendo los compartimentos del detergente y el suavizante. También habría que limpiar la puerta y las piezas de goma con algún producto no abrasivo. Suele ser recomendable dejar correr un ciclo con el bombo vacío, sin ropa en el interior y con agua caliente. Y es que, la lavadora también necesita unos pocos cuidados para que funcione correctamente y se pueda alargar la vida útil mucho más tiempo.

2. No cargar la lavadora en exceso

Para conseguir que los resultados sean excelentes, es conveniente no cargar la lavadora en exceso. Si se pone demasiada ropa el tambor no podrá girar adecuadamente y puede que no funcione al cien por cien. Si llenamos la máquina con prendas pequeñas, puede también perjudicar al balance del tambor, por lo que es positivo mezclar ropa de diferentes tamaños, introduciendo, por ejemplo, alguna toalla. Lo mismo ocurre si solamente lavamos una manta enorme o un edredón.

También es importante que después de utilizar la lavadora dejemos la puerta del tambor abierta, para facilitar así que se seque por dentro. Así, evitaremos que se acumule la humedad, que siempre facilita la aparición de bacterias. De esta manera ayudaremos a acabar con el mal olor que dejan algunas lavadoras.

3. Comprobar si existe alguna fuga de agua

Si la lavadora hace cosas extrañas o crees que ha dejado de lavar tan bien como lo hacía antes, revisa que no haya alguna fuga de agua. Normalmente las fugas suelen verse rápidamente porque salen al exterior y dejan charcos de agua, pero hay veces que la fuga puede ser menor y pasa desapercibida. Por ello, es bueno revisar las mangueras. Si encontramos un error sencillo de solventar, como un mal ajuste, podemos arreglarlo nosotros. Si por el contrario percibimos algo más complejo, lo más conveniente es llamar a un técnico.