Los días libres, en su gran mayoría y para muchos de nosotros, se convierten en los días en que limpiamos la casa, aprovechando, de esta manera, el tiempo que queda después de trabajar o estudiar. Cuando ya te decides a ordenar, quitar el polvo, barrer y fregar... Te topas con el armario, cajón o zona de la casa donde guardas decenas de productos de limpieza: limpiacristales, friegasuelos, lejía, desatascador, desincrustante y botellas que puede que hayas utilizado una vez después de comprarlo o que no sepas ni para qué sirven.

Ver tantos productos puede abrumar y honestamente, no es necesario invertir tanto dinero en la limpieza de la casa y es que la mayoría de los productos o ingredientes que necesitamos para llevar a cabo este cometido, de la manera más económica posible, están en tu cocina.

Para limpiar los cristales

¿Estás harto de que se queden motas de polvo en las ventanas cuando las limpias? Con lo trasparentes y relucientes que quedan después de limpiarlo, parece que nunca quedan del todo bien. No temas, tenemos la solución: una media. Si se te rompe una media algún día, cosa que ocurre muy a menudo, ¡no la tires! Guárdala junto a tus productos de limpieza y la próxima vez que limpies los cristales, utilízala para secarlos. No dejarán polvo ni pelusilla.

Quitar manchas de grasa en la ropa

Qué rabia cuando vas a una comida, te pones tu mejor modelito y acabas con una mancha de comida en la ropa. Usualmente, no suele ser una mancha por culpa de una ensalada, sino que se te cae la salsa, grasa, o el aceite del plato. Si después la lavas sin más, es probable que se quede la macha y sea muy difícil de sacar. La próxima vez, cuando llegues a casa o en cuanto puedas, espolvorea polvos de talco por encima. Deja que actúe un día y luego sacúdelo (¡no frotes!) y lávala como de costumbre.

Limpiar el rallador de queso

Preparas una pizza, un plato de pasta con mucho queso pero el rallador queda lleno de manchas y pegotes, sobre todo si te gustan los quesos más tiernos. Aunque le des bien con el estropajo, siempre queda algún trocito rebelde o incluso se enganchan hilos de la esponja. Para dejar el dolor de cabeza a un lado, corta una patata por la mitad y rállala. El jugo del tubérculo hará que se desenganchen los restos de comida. Después, lávalo inmediatamente y déjalo secar.

Limpiar los raíles de las puertas y ventanas correderas

Uno de los grandes enemigos de los hogares son las zonas más difíciles de limpiar: detrás de la lavadora, debajo de nevera o los raíles de las puertas y ventanas correderas. Hazte con un trocito de cartón como el del papel de cocina o baño. Pásalo de un lado al otro para mover la suciedad y luego aspira bien. Verás como es mucho más fácil.

Quitar las manchas de las alfombras

En muchas casas hay alfombras: debajo de las mesas, sofás, camas... y a veces hay accidentes. Que se caiga algo de comida al suelo es muy común, pero si aterriza en la alfombra, entramos en pánico. Quitar manchas es más fácil de lo que parece: disuelve vinagre blanco en agua y humedece un trapo con la mezcla. Tapa la mancha y plancha sobre el trapo con vapor durante 30 segundos. Quedará como nueva.

Eliminar las marcas de agua de los muebles

Si eres algo perezoso o olvidadizo, seguro que eres de los que se ponen una bebida fría al llegar a casa y dejas vasos por todos lados y cuando vas a recogerlos: una macha. No te preocupes, tiene solución: tan solo necesitas un secador de pelo y una toalla. Primero, absorbe la humedad con la toalla y luego seca la superficie con el secador para que desaparezcan

Deshacerse de las manchas de café y té en las tazas

¿Cuántas veces has dejado algo de café o té en una taza y se ha manchado? Nos pasa a todos. La mejor manera para deshacerte de ellas es coger un limón y un poco de sal. Corta la fruta por la mitad y espolvorea bien de sal. Ahora, frótalas en las tazas manchadas, verás como se quedan genial.