El secreto para comer pizza y no engordar: la sencilla receta para perder peso sin renunciar a tu gran vicio

Con imaginación, se puede aligerar la carga de las renuncias que supone una dieta para adelgazar

DÍA MUNDIAL DE LA PIZZA | El secreto para comer pizza y no engordar: la sencilla receta para perder peso sin renunciar a tu gran vicio

DÍA MUNDIAL DE LA PIZZA | El secreto para comer pizza y no engordar: la sencilla receta para perder peso sin renunciar a tu gran vicio

T. P. G.

La imaginación todo lo puede. Incluso apañártelas para respetar tu dieta para adelgazar sin renunciar a ese alimento que nadie (o casi nadie) quiere quitar de su vida: la pizza. Es posible si se recurre a algunos trucos.

La pizza es uno de los platos más populares en todo el mundo, con su origen en Italia. Se trata de una masa de pan con diferentes tipos de ingredientes, como tomate, queso y diferentes tipos de carnes o vegetales. La pizza original se conoce como "pizza Margherita", que se compone de tomate, queso mozzarella y hojas de albahaca. Sin embargo, a medida que la pizza se ha popularizado en todo el mundo, se han creado muchas variedades diferentes, como la pizza de pepperoni, la pizza de queso y la pizza vegetal.

La pizza se puede cocinar de diferentes maneras, desde la tradicional cocción en un horno de leña, hasta la cocción en un horno eléctrico o en una parrilla. También hay diferentes tamaños de pizza, desde la pizza individual hasta la pizza grande para compartir con un grupo. Además de ser una comida deliciosa, la pizza también es muy versátil. Se puede disfrutar como una cena, una comida rápida o incluso como una merienda. También es común ver a las personas disfrutando de una pizza en una reunión o durante un evento especial.

Pero, como dice el famoso lema dado a conocer por una conocida cadena de reparto de pizza a domicilio, "el secreto está en la masa". Y, efectivamente, en el elemento básico del icono gastronómico italiano reside el truco para que se pueda incluir su ingesta semanalmente en la dieta que uno tiene diseñado.

Para ello, hace falta tirar de imaginación para evitar el uso de la masa típico y sustituirlo por un elemento más bajo en calorías. Porque, al igual que el pan queda restringido en las dietas para adelgazar, si uno quiere perder peso debe evitar a toda costa la masa tradicional de pizza (salvo para caprichos puntuales y dentro del día o las jornadas que se tengan de comida o cena libre, si es que las hubiera, en el plan para perder grasa).

La opción vegetariana

Si es día de verdura en la dieta planeada, hay una opción cada vez más extendida y que no suele defraudar. Se trata de recurrir al calabacín. Este constituiría el ingrediente básico de la base de la pizza saludable. Para ello, hay que lavar el calabacín y, posteriormente, rallarlo.

A partir de ahí, llega la parte más laboriosa: si no hay excesiva prisa, lo mejor es emplear al menos 15 minutos en escurrir bien el calabacín rallado para que suelte todo el agua posible. Un truco para ello es recurrir a un colador y apretar de vez en cuando usando un tenedor para que el agua se vaya cayendo. Cuanto más escurrido esté el calabacín, más consistencia tendrá la base.

Luego hay que hacer la mezcla: juntar el calabacín, el huevo batido (por ejemplo, uno por cada dos calabacines utilizados), con media taza de queso mozzarella light, un poco de levadura y sal. También se puede añadir, si se desea, una pizca de harina para dotarle de mayor consistencia.

Tras extender la masa, solo restará poner sobre ella los elementos saludables que se deseen y hornear todo a 200 grados durante 20 minutos.

Una opción para los más carnívoros (de pollo)

Pero existe una opción más allá del calabacín. Si en la dieta toca día de pollo y no de verdura, se puede recurrir a esta carne saludable para realizar la masa. El resultado es sorprendentemente delicioso.

En este caso, además, la masa no exigirá la laboriosa parte de escurrir el calabacín hasta que pierda casi todo su agua. Se puede hacer así con unos cien gramos de pollo picado, a los que habría que añadir un huevo. Todo ello se puede salpimentar, e incluso añadir otro condimento saludable.

Con esa mezcla, se extiende la masa sobre la que poner el resto de ingredientes de la pizza. Hay muy buenas opciones, pues esa masa combina a la perfección con muchas verduras como el pimiento o con champiñones. A partir de ahí, solo queda hornear hasta que quede en su punto un manjar al que no hay que renunciar del todo si estamos inmersos en una dieta para perder grasa y adelgazar. La pizza puede ser así una aliada de excepción para perder los kilos de más.