República Dominicana es un paraíso musical, donde los ritmos magnéticos se fusionan con la sensualidad y la alegría de los autóctonos. El merengue y la bachata son, por excelencia, sus géneros más característicos. Este último está robando el corazón a cada vez más personas en el mundo. Ahora bien, ¿sabe cuándo y cómo surgió?

Bachateando desde los sesenta

Durante treinta años, República Dominicana estuvo controlada por la férrea dictadura de Trujillo, que abanderó una censura casi permanente. Al concluir su mandato, liberado el país de esos controles, nació la bachata, una música popular llena de alegría y bailes apretados.

De impronta marginal, fueron los barrios más desfavorecidos de Santo Domingo los que abrazaron esta suerte de liberación musical y danzante, utilizada a menudo para evadirse ante las complicadas existencias de entonces. Los bares y los burdeles difundieron esta corriente que, despectivamente, era referida como música de pobres o de amargue.

Lo cierto es que comenzó como una variante del bolero, firmemente consolidado en Sudamérica. Pero los dominicanos tienen muchísimo carácter: el ritmo forma parte de él y define, en gran medida, la personalidad de todo el país. La influencia del merengue y de otros estilos pronto comenzó a evolucionar la creatividad bachatera.

Como suele ocurrir en estos casos, las élites no estuvieron de acuerdo con ella en sus inicios. ¡La consideraban una música vulgar vinculada a la pobreza y la prostitución! Incluso la tildaban de mediocre, tanto que resultaba casi imposible encontrar medios de entonces que la difundieran en sus espacios.

Sin embargo, la bachata estaba llamada a perpetuarse. Las fiestas, los encuentros familiares o vecinales, incluso algunas tareas domésticas se amenizaban con estas canciones cada vez en más lugares. Sus melodías bailongas, su impacto emocional, las letras afectivas, la sensualidad y su contagioso sonido estaban llamados a imponerse.

En paralelo, los bachateros fueron tomando conciencia de que ese nuevo género simbolizaba un cambio social sin marcha atrás: el adiós a la dictadura y el hola a la libertad, la alegría y la diversión renovada.

Bachata con nombres propios

El compositor José Manuel Calderón, en 1962, grabó la primera bachata de la historia, absolutamente mítica: Borracho de amor es su título, con la que este artista dominicano dio el pistoletazo de salida definitivo al éxito de este género latino. Entre los seguidores inmediatos de este estilo, los cantautores Leonardo Paniagua y Rafael Encarnación destacaron por encima del resto.

En los ochenta, la sociedad dominicana ya había aprendido a vivir sin dictadura y sus habitantes se habían liberado de clichés, cortapisas y complejos. Se disfrutaba, y mucho, en sus calles a pesar de las dificultades económicas. La bachata ya se escuchaba en las radios y habían emergido muchos artistas de referencia, también internacional.

Así, el intérprete y productor Anthony Santos está considerado como uno de los más grandes de la historia, si no el que más, en este estilo. Además, el insigne Juan Luis Guerra, con su maravilloso disco Bachata Rosa, contribuyó decisivamente a popularizar el género en muchos países del mundo a principios de los noventa.

Uno de los grandes aciertos bachateros ha sido la permeabilidad. Quizás por su carácter popular y, por ende, natural y siempre auténtico, ha sabido adaptarse a los gustos imperantes en cada generación. Así, ha aceptado nuevos matices, estilos, elementos y sonidos hasta dar lugar a la bachata moderna que ahora está triunfando.

Entre los referentes actuales de la bachata internacional destacan el grupo Aventura y, sobre todo, su exvocalista Romeo Santos, considerado el rey de la bachata y referente de una nueva generación de artistas que han colocado este género en el top internacional. Además, Prince Royce es otro de los nombres propios por excelencia.

Prince Royce: a bailar en cuanto suena

Cuando suena la bachata, su espíritu posee a quien la escucha y su cuerpo no puede evitar moverse al son de sus ritmos y sonidos. Este efecto tan característico es clave en su aceptación y popularidad. Al escuchar los temas de Prince Royce, semejante magnetismo se multiplica de un modo exponencial: usted no podrá evitar que sus piernas, sus brazos, su cintura y el resto de su cuerpo se bamboleen de forma ingobernable.

Nacido en el Bronx neoyorquino en 1989, fue un chaval prodigio que comenzó a escribir poesía y letras de canciones con trece años. Sus canciones rebosan pureza y fuerza musical, sensualidad, emoción y frescura. Constituyen un homenaje actualizado a la esencia tradicional de la bachata, fusionada con otros estilos y géneros actuales.

Darte un beso, Carita de inocente, Las cosas pequeñas y Stand by me, una versión híbrida con pop que versiona el tema mítico de Ben King, son algunas de sus mejores canciones. ¿Quiere saber por qué no podrá dejar de bailar al oírlas? No importa el motivo, escúchelas y verá que resulta inevitable.

El cantante de bachata hace una parada en la capital de España. El próximo 24 de junio, Prince Royce actuará en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de Madrid a las 19:30 horas.

Pueden adquirir sus entradas aquí para no perderse el evento de la bachata del verano.