¿Por qué seguimos viajando si es tan cansado? ¿Es usted un nómada de la era digital? ¿Tiene el ‘gen viajero’? Si pase lo que pase, siente pasión por viajar, Diario de Ibiza le presenta el portal de viajes que estaba buscando: Nomadian

En mi primer viaje en solitario, a Edimburgo, la familia con la que debía alojarme ‘desapareció’ y acabé durmiendo la primera noche en una autocaravana en un camping en compañía de cuatro desconocidos.

En un viaje a Honduras, se materializó el temor de muchos viajeros: la maleta no llegó. Apareció tres días más tarde con todo el contenido empapado. En este país fue donde un taxista me dijo que me quería «conocer como hembra» y casi me tiro del coche en marcha.

En Machu Picchu, me quemé tanto la nariz que pensé que la perdía y, también en Perú, el botecito (peque-peque) en el que navegábamos por el Amazonas se quedó sin gasolina al tiempo que comenzaba una tormenta. ¡Ley de Murphy!

Achicar agua de un barco en el mar Caribe mientras alguien lloraba y gritaba «¡no sé nadar!» y tener que dormir en un coche en la fría región de los Abruzos (Italia) se suman a la lista de recuerdos «no tan agradables» que uno se trae de sus viajes. Aun así, ¡qué gusto da viajar!

Reconozcámoslo, en esto de viajar no todo es de color rosa. Hay que organizar, hacer números, cuadrar fechas… y aún suponiendo que «los planes salgan bien», suele resultar un proceso agotador. ¿Por qué seguimos, entonces, viajando? ¿Por qué ya no nos valen las tranquilas vacaciones de nuestros padres y abuelos? ¿Qué nos pasa? ¿Qué impulso irrefrenable nos lleva a movernos como nómadas de la era digital?

Si formásemos parte de una tribu, podría ser la de los Nomadian, nombre del nuevo portal de viajes de Diario de Ibiza. Los Nomadian serían aventureros -en su mayoría de la generación millennial- con una larga lista de propósitos viajeros y la mochila llena de ansia e ilusión por descubrir nuevas emociones, lugares, sabores, costumbres y personas. Los expertos han fijado incluso un término para definir el fuerte deseo de viajar y explorar mundo de los miembros de esta ‘tribu’: Síndrome Wanderlust.

Esta palabra tiene sus raíces en la lengua germana y es la combinación de wandern, que significa algo así como viajar, vagar… y lust, que se traduce como deseo o pasión por algo. Wanderlust es tendencia, hay quien se lo tatúa y solo en la red Instagram este hashtag arroja 104 millones de resultados. Pero más allá de una moda, algunos expertos aseguran que el origen de este síndrome se encuentra en nuestros genes y, más concretamente en el denominado DRD4-7r, un receptor de dopamina (neurotransmisor del placer) que ha sido bautizado como ‘el gen viajero’. Quienes lo portan son personas lanzadas, creativas, inquietas, ávidas por ver, vivir, aprender y dejar atrás la rutina. De hecho, el gen Wanderlust podría haber sido el causante de las primeras migraciones en la historia, según determina un estudio de 39 poblaciones diferentes alrededor del mundo.

No tema, no es una patología y, lo bueno, es que se cura simplemente viajando. Parte del tratamiento puede ser vivir un amanecer en la sábana africana o nadar en las aguas cristalinas de Ibiza. También poner a prueba la tolerancia al picante en la India o flipar con las luces de Times Square. No importan los riesgos.