El aplazamiento del partido que el Real Murcia debería haber disputado este domingo con la UD Ibiza en Can Misses se ha convertido en la mejor noticia para los granas en un mes de septiembre que está siendo desastroso deportivamente. Pero también en la peor noticia para la escuadra celeste, que ve frenada su excelente racha de resultados.
Cuando muchos en Murcia se ponían en lo peor y empezaban a plantearse qué podría suceder si los de Munúa sumaban su tercera derrota consecutiva, la rotura de un avión en el aeropuerto de es Codolar impedía viajar a los murcianistas, que no tardaron en informar a la Federación Española. Sin alternativas de desplazamiento, el partido quedaba aplazado sin fecha ni hora, una noticia que permite ganar tiempo a un Real Murcia que no llegaba en el mejor momento anímico para enfrentarse a un rival lanzado en la clasificación tras sumar tres victorias consecutivas.
Además, el aplazamiento también permite a los de Munúa disponer de una semana más para seguir acumulando trabajo y ritmo en una plantilla planificada muy al final y que de momento apenas ha actuado como equipo, viéndose además jugadores muy lejos de su mejor forma física.
De hecho, Larrea, uno de los futbolistas que debe ser importante, ni ha podido debutar por problemas físicos. Para el choque ante el Ibiza tampoco estaba disponible Marc Baró por sanción. El lateral deberá ahora cumplir su castigo el domingo frente al San Fernando y podrá medirse al cuadro de Guillermo Fernández Romo, para el que todo son desventajas con esta incidencia.
La UD Ibiza llegaba lanzada a la cita, con la moral por las nubes y el objetivo realista de alejar a nueve puntos a uno de sus rivales directos por el ascenso. No jugar el domingo modificó completamente los planes del combinado ibicenco, que ahora debe centrarse en el partido de la quinta jornada contra el Atlético de Madrid B, el sábado en la Ciudad Deportiva de Majadahonda (16 horas).
El aplazamiento impidió ver el choque más atractivo del Grupo II, un encuentro que iba a enfrentar a dos de los gallitos de la categoría, pese a que el inicio de ambos ha sido completamente desigual.
Solo hay que ver en el estado de urgencia que llegaban los granas a Can Misses. Aunque ganaron en la primera jornada al Recreativo Granada, al que remontaron en los últimos minutos, pronto se descubrió que las sensaciones negativas dejadas en el Nuevo Los Cármenes no eran cosa de un día. Pese a disponer de dos citas en casa para fortalecer su clasificación en estas primeras jornadas, los de Munúa decepcionaron y mucho, con cero puntos de seis posibles. Les pasó por encima el Córdoba, pese a que los blanquiverdes están sufriendo también en este inicio, y acabaron desnudos ante un Sanluqueño que confirmó la fragilidad defensiva de los murcianistas.
Con todas las alarmas encendidas en Nueva Condomina, el calendario no ayudaba. Y es que el Real Murcia se tenía que medir a las primeras de cambio a un Ibiza muy sólido y regular. Aunque los de Romo también son un equipo completamente nuevo, han logrado acoplarse desde el principio, empezando la liga con tres triunfos frente al Córdoba (2-3), Atlético Balears (1-0) y Alcoyano (0-2).
Pero el partido que podía relanzar aún más a los celestes y establecerlos en el liderato, tras el empate del Castellón, no tuvo lugar. Será en una fecha próxima y que todavía está por determinar, una fecha que ya no conviene a la UD Ibiza y que, por contra, permitirá al Real Murcia tener ya más ritmo de competición y posiblemente mejores sensaciones.