Un golazo de Iván Morante mantiene con vida a la UD Ibiza en Segunda División

2-0. Kaxe sentencia al Burgos y el equipo ibicenco se sitúa a nueve puntos de la salvación

Morante celebra el gol que ha encarrilado el triunfo a la UD Ibiza

Morante celebra el gol que ha encarrilado el triunfo a la UD Ibiza / LaLiga

Rubén J. Palomo

Rubén J. Palomo

La UD Ibiza ha logrado por fin una victoria ante su afición gracias a un espectacular gol de Iván Morante que ha servido para romper la cerradura del Burgos CF en el minuto 68 del partido correspondiente a la jornada 33 de LaLiga SmartBank. Un tanto sensacional que mantiene con vida al conjunto ibicenco en su lucha por la permanencia en Segunda División. Kaxe, en el tiempo de descuento, ha establecido el 2-0 definitivo para un Ibiza que consigue su primer triunfo del año en Can Misses y se sitúa momentáneamente a 9 puntos de la salvación, tres menos que antes de arrancar la jornada.

El checo Lukas Julis fue la principal novedad en el equipo titular de Alcaraz, que presentaba las importantes bajas de Cristian Herrera y Nolito por lesión, y la definitiva de Mati Bogusz tras su marcha al fútbol norteamericano.

Fue Suleiman, de regreso al once por banda izquierda, quien generó muy pronto la primera ocasión con una internada y asistencia a Morante al borde del área, cuyo disparo cruzado se marchó cerca del poste.

Enfrente saltaron de inicio dos de los héroes del ascenso convertidos en 'villanos' en la última etapa celeste, el defensa David Goldar y el delantero Sergio Castel. Los de Calero, pertrechados con tres centrales, saltaron a contemporizar y a verlas venir, con poco acierto en las transiciones, y Coke pudo adelantar a los isleños con otro remate desde la frontal que taponó por bajo el guardameta Caro.

El partido se fue equilibrando y el Burgos comenzó a encontrar fisuras en la medular celeste. En un buen contragolpe que cogió fuera de sitio a Fran Grima, el extremo Hernández ganó el carril zurdo y sirvió un centro medido a la cabeza de Castel, cuyo testarazo demasiado centrado detuvo Fuzato tirando de reflejos para evitar el 0-1 (min. 12).

Respondió el conjunto de Alcaraz con dos buenas acciones a balón parado, el único método de ataque frente al sólido entramado defensivo de los burgaleses. Suli, más voluntarioso que eficaz, era el único que hacía tambalear el candado del férreo bloque visitante.

Fuzato volvió a ser decisivo en el minuto 25 desbaratando el remate escorado pero a bocajarro de Hernández en otra incursión por banda izquierda. A la salida del córner ensayado, Castel volvió a fallar de manera clamorosa el cabezazo franco en el segundo palo, para respiro de su antigua afición.

El partido entró una fase bronca, con interrupciones y escaso fútbol que mermaron todavía más las opciones de un Ibiza al que sólo le valía ganar para seguir con vida en la lucha por la permanencia. En la recta final se registraron varias llegadas celestes sin finalización y un tercer remate fallido por Castel a centro de Areso desde el costado diestro.

Segunda parte

El primer susto tras el paso por vestuarios llegó en el área celeste, cuando Matos ganó un balón dividido a Fran Grima y su remate acabó rozando el larguero tras rozar en un defensor. Ambos equipos presentaban un cambio defensivo tras el descanso, Mauro por el amonestado Grillo en las filas ibicencas, y el partido continuó parejo sin demasiada brillantez ni profundidad.

Alcaraz tenía pocas balas en la recámara, siquiera la del infructuoso Kaxe, y el duelo parecía abocado al 0-0 cuando no a decidirse en una jugada aislada o a balón parado. Julis, desaparecido, apenas entraba en juego y los ibicencos, impotentes, daban la sensación de bajar los brazos ante lo inevitable. Fue precisamente el checo el protagonista de la primera ocasión, al filo del 60, en un cabezazo tibio a centro de Javi Vázquez que detuvo Caro sin mayores problemas.

Una genialidad de Iván Morante agitó el partido. El mediocentro, frío como el hielo casi siempre, bombeó el calor que necesitaba el equipo y la afición con un gol antológico que sirvió para poner delante a la UD Ibiza y avivar las esperanzas de Can Misses (1-0, min. 69). El joven madrileño controló un balón con el pecho en el borde del área, hizo un sombrerito a su marcador y empaló el balón con la fe de un creyente y la calidad de un fenómeno para colarlo por la escuadra y romper al fin el escudo burgalés.

En los minutos siguientes apretaron los de Calero y al combinado celeste le tocó sufrir, aunque a la contra tuvo opciones de sentenciar el partido, como finalmente consiguió Kaxe a la segunda en el último minuto de partido, al aprovechar la asistencia de Alarcón al contraataque.

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