Pipi Estrada no está pasando por un buen momento mediático. Los rumores sobre sus malos números en lo que a economía se refiere están dando mucho que hablar en el plató de Sálvame.

Sus compañeros en plató advertían de la "cara dura" que tiene el gijonés antes de que la televisiva por teléfono. Una vez que conectaron con su ex pareja, Miriam Sánchez, no paró de llorar. "Pipi me dijo que me iba a quitar a mi hija y que el juez se la daría a él porque es un periodista reputado y yo me dedicaba al porno", dijo la antigua "Lucía Lapiedra", como se la conocía en el mundo del cine erótico.

"No tengo ninguna enfermedad. Tengo ansiedad en los momentos en los que me trata mal, pero no tengo nada más, por lo que no consiento que diga que estoy enferma", afirmó la ex consejera de Mujeres y Hombres y Viceversa, que lo único que quiere es "que su hija esté bien": "Sigo en España por mi hija, si no ya me hubiera ido hace mucho tiempo", incidió.

“Me puede tanto esto, estoy tan cansada…”, entona Miriam al hablar de su expareja y es que asegura que lleva “callada diez años de toda la mierda que tiene encima”. “¿Cómo puede decir nada de mí?, se pregunta y añade: “Yo he escrito diarios y diarios para desahogarme, de todo lo que he pasado con él y de todo lo que he aguantado, hay a veces que pierdes la cordura de ti misma. ¡Ya está bien de mentirosos!".

El equipo de investigación del programa ha recibido un sinfín de llamadas que apuntan a una misma dirección: la versión de Pipi quedaría lejos de la realidad. “Miriam lleva muchísimo tiempo hecha polvo por culpa de este señor. La verdadera cara de Pipi es muy oscura. El siempre contaba que tenía su dinero embargado, Miriam le creyó. Obviamente tiene dinero, pero prefiere despilfarrarlo”, comenzaba uno de los testimonios. “Ella ha tenido que hacerse cargo de todos los gastos porque Pipi ha escatimado con ella hasta el último euro”.

Pero hoy han desvelado que Pipi se gastaba todo su dinero "cerrando bares con las camareras dentro para él solo", apuntaban los tertulianos, a lo que Miguel Frigenti replicó soltando la bomba: "Y a camareros, te lo digo yo".