Desde que comenzó la invasión rusa a Ucrania, han sido muchas las familias españolas que han acogido en sus casas ha refugiados que salían de su país como podían y buscaban una vida mejor, lejos de la guerra que se ha originado. Una de ellas ha sido la actriz Macarena Gómez, con la que hemos hablado y nos ha confesado cómo está viviendo en su propia casa el testimonio de una refugiada.

La actriz se emociona al hablar de la refugiada que han acogido en casa y confiesa estar muy agradecida de haber organizado la acogida de varios refugiados ucranianos en su pueblo: "me emociono contándolo. Es muy bonito tenerlos en el pueblo".

Reconoce sentirse egoísta cuando tiene un mal día al compararlo con la difícil situación que viven ellos: "¡qué egoísta soy! No me puede ver llorar cuando la pobre señora acaba de dejar a su marido y a su padre en Ucrania y ha venido sola". También nos ha desvela el detalle que tuvo con los refugiados para que se sintieran bienvenidos: "cuando llegaron los refugiados, que yo me encargué de la organización y del alojamiento, les dimos ramos de flores. Se emocionaron tantísimo, las refugiadas, y se han ido todas con los ramos de flores, con mi jarrón".

Macarena Gómez habla de su compañero José Luis Gil y dice que todavía se encuentra en proceso de recuperación: "se tiene que recuperar todavía" y se alegra del embarazo de Miren Ibarguren y asegura que el embarazo le está sentando muy bien: "está preñadísima. Sí, porque está de cara más guapa".

Bromea con que a lo largo de los años, el reparto de su serie ha sufrido desde bodas hasta divorcios: "en mi serie pasa de todo. Ya hemos tenido tantos años ahí que ha habido gente que se ha casado, que se ha separado, que se ha vuelto a casar, que se ha vuelto a separar".

Aldo Comas, su marido, ha recordado con nosotros lo difícil que fue viajar a Ucrania para recoger a decenas de refugiados para traer a España: "en los centros de refugiados estaban con una bolsa de plástico y era todo lo que tenían para el resto de su vida. Ahí estaban, esperando, a que alguien como yo u otro los sacara. Eso a mí me impactó mucho, ver ese nivel de vacío". Además, nos asegura que la refugiada que tienen en casa ya es una más de la familia: "le he dado trabajo como asistente de estudio y me acaba los cuadros, me los pule, pinta cosas por la casa. Forma parte de la familia".