Pasapalabra ha sido uno de los mayores aciertos a nivel de audiencia de Antena 3 en los últimos años. El concurso, de hecho, empezó hace años en la cadena de Atresmedia presetnado por Silvia Jato. La verdad que nadie esperaba que décadas después y tras su emisión en Telecinco el formato de preguntas y respuestas consiguiera hacerse un hueco tan importante en las tardes. Y lo consiguió gracias en buena medida a la calidad de unos concursantes que son capaces de responder a decenas de preguntas sin fallar ni una sola vez.

El formato es tan importante para Atresmedia que ha permitido que la cadena sea líder de audiencia en su franja. Ha permitido además que el informativo que presenta Vicente Vallés y que se emite a continuación sea el más visto de la televisión en nuestro país. Un éxito que ha logrado además que la cadena entera sea líder de audiencia.

Orestes Barbero y Jaime son los dos concursantes que más tiempo han estado al frente del rosco del programa enfrentándose. Sin duda su talento ha sido tal que han logrado congregar a cientos de miles de personas.

En esta ocasión el joven venció el último duelo (el que tuvo lugar el pasado viernes). Se llevó 1.200 euros más. Su victoria no estuvo exenta de polémica ya que Orestes acabó perdiendo por no saber definir “último” como precio.

Pero ¿qué era lo que le preguntaban y lo que contestó? El enunciado de Roberto Leal, presentador del formato definía la palabra como “precio que se pide como mínimo o se ofrece como máximo”. Orestes dijo “unificado” y era “último”. “Hasta aquí hemos llegado”, resaltó el joven que se quedó parado totalmente. No fue el único porque entre la audiencia muchos mostraban la incredulidad de que en ocasiones los nervios jueguen una mala pasada y una palabra que más o menos parece clara o asequible no pueda ser resuelta en tiempo y forma mientras que otras que a primera vista son mucho más difíciles no suponen ningún reto para los concursantes. Las cosas del directo y también de los concursantes que siguen estudiando cada día para participar en el programa porque ya llevan tantos días de grabaciones a sus espaldas que todos ellos se lo toman casi como un trabajo a jornada completa. No en vano muchos incluso se ven obligados a dejar sus labores habituales para acudir a la televisión.