Los vertidos de aguas fecales han sido un año más protagonistas de la actualidad ibicenca y el daño al medio ambiente, con dos puntos negros claros: el torrente de sa Llavanera y puerto de Ibiza y la zona de Cala de Bou y es Port des Torrent en el litoral de Sant Josep. Los más graves han tenido lugar en esta segunda zona, sobre todo uno en septiembre provocado por un tapón de toallitas y otro por una avería en es de Caló de s’Oli, que obligó a cerrar el auditorio durante dos semanas hasta que fue reparada. ■
