Anuario Diario de Ibiza 2022 - Grandes Temas

Balance 2022 en Ibiza: pocos trabajadores para tanto empleo

Las empresas tienen serios problemas para completar sus plantillas: Ibiza ya no es la meca de los temporeros por su carestía

Cartel de se busca dependienta en un negocio de Eivissa. | VICENT MARÍ

Cartel de se busca dependienta en un negocio de Eivissa. | VICENT MARÍ

Redacción

Lo ocurrido en el pasado Santa Eulària Se n’Ocupa es síntoma del principal problema que tuvo (y seguro tendrá en 2023) el mercado laboral pitiuso en 2022: sólo 1.115 personas se presentaron para optar a los 2.800 puestos que ofertaron cien empresas ibicencas. Las dificultades para completar plantillas fueron enormes, mayores aún que en 2021, y el principal motivo es el que se lleva larvando desde hace años: el elevado precio de la vivienda, inasumible para la mayoría de los sueldos.

Quienes antes venían desde la Península para hacer la temporada, estío tras estío, ahora se lo piensan dos veces. ¿Para qué venir aquí si en otros lugares pagan igual o mejor y la vida y, sobre todo, el alquiler son más baratos? Ibiza ya no es su meca. Algunos alojamientos tomaron soluciones desesperadas, como alquilar un apartahotel entero o edificios completos de viviendas para alojar a sus trabajadores, o bien recuperar aquellas habitaciones que antaño estaban destinadas a sus plantillas y que, por rentabilidad, convirtieron en turísticas.

Debido a la demanda exagerada de puestos vacantes, fueron los trabajadores los que este año tuvieron la sartén por el mango: «Es el candidato el que elige este año dónde trabaja y cuánto gana. Es la ley de la oferta y la demanda», admitía la responsable de una empresa de contratación temporal presente en el Santa Eulària Se n’Ocupa.

Y la ley del mejor postor, lo que también implicó que en plena temporada se fugaran trabajadores (incluso plantillas enteras) a otros negocios que les ofrecían mejores salarios y condiciones. «Esto es como una subasta. Tal cual», explicó a este diario el restaurador Juan Olmo: «Cuando saben que hay alguien que trabaja bien, vienen, le ofrecen 300 euros más y se lo llevan. Esto es la ley del más fuerte, gana quien tiene más músculo financiero».

Candidatos que se presentaron al Santa Eulària Se n’Ocupa. | TONI ESCOBAR

Candidatos que se presentaron al Santa Eulària Se n’Ocupa. | TONI ESCOBAR

Desde comienzos de temporada, incluso durante esta, se veían decenas de carteles de ‘se busca trabajador’ pegados a las puertas de los negocios. Los empresarios, desesperados, lanzaban ofertas laborales a través de WhatsApp, Telegram y cualquier espacio disponible de Internet, incluso en las redes sociales como Facebook bajo las palabras clave ‘empleo en Ibiza’.

«Hay una falta bestial de trabajadores en la isla. La carestía del alquiler no es algo que nos haya traído la pandemia sino que se arrastra desde hace tiempo, impidiendo que lleguen trabajadores a la isla», advirtió, ya en junio, Consuelo López, secretaria general de CCOO en las Pitiusas. La falta de personal repercutía, además, «en la calidad de los servicios», avisó. Los turistas se quejaban de la escasa cualificación de algunos trabajadores, de tal manera que algunos empresarios decidieron cerrar parte de sus negocios de restauración para evitar dar mala imagen. Ya llegarían tiempos mejores. Otros redujeron el número de cubiertos que servían en otras temporadas o cerraron algún día, cuando antaño aprovechaban hasta el último segundo de la temporada.

Escasa cualificación también en otro de los sectores que, desde hace año, es más difícil encontrar personal preparado, el del transporte. «No se encuentran chóferes y hay un problema acuciante para contratar conductores con la acreditación y capacitación profesional obligatoria», advirtió Alfonso Rojo, presidente de la Pimeef.

Dificultad para contratar ‘workers’

Ibiza notó este año las primeras consecuencias laborales del brexit: ya no fue posible contratar a británicos con la alegría de los tiempos en que Reino Unido pertenecía a la Unión Europea, al regirse ahora sus contratos por la ley y el reglamento de Extranjería. Ahora son considerados extracomunitarios y deben solicitar la autorización de residencia y trabajo, una tramitación farragosa que dejó a zonas ‘británicodependientes’ sin workers.

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