José Luis Custodio conoce muy bien el riesgo que conlleva trabajar con residuos sanitarios, por ello, aunque siente respeto ante el Covid-19 asegura que el miedo no está en su mente.

Su misión consiste en recoger en los centros de salud, el Hospital Can Misses y el Hospital de Formentera los depósitos llenos de aguas, bisturís y otros materiales cortantes y las bolsas repletas de batas, sábanas desechables, gasas o mascarillas que han utilizado los médicos, enfermeras o auxiliares. Todos estos restos le esperan diariamente en cámara frigoríficas hasta que llega con su camión refrigerado para trasladarlos hasta las instalaciones de Ca Na Negreta S.A., donde se tratan según establece la legislación.

Desde que el Covid-19 comenzó a azotar a las Pitiusas el trabajo de José Luis Custodio se ha incrementado tanto que muchos días comienza la ruta a las cuatro de la mañana, así se cruza con el menor número de personas posible en el hospital y en el centro de recepción de los residuos. También ha visto cómo la cantidad de desechos se ha duplicado. «Antes llenaba dos o tres camiones a la semana en Can Misses y ahora son seis», detalla.

En estas semanas confiesa sentirse más admirado y querido por quienes trabajan en los centros sanitarios: «Me llaman compañero y me piden que tenga mucho cuidado». Precisamente el calor de la gente y el estar en contacto con los profesionales sanitarios es lo que más le gusta de su trabajo. Por ello echa de menos haber tenido que apartar temporalmente su labor como voluntario de Protección Civil en la agrupación de Santa Eulària. «Soy personal de riesgo y no quiero contagiar a nadie», dice a la vez que remarca su «suerte» por vivir solo.

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