La vida también se ha transformado radicalmente para los agentes de la Policía Local de Santa Eulària. «Es como si se acabara el mundo, estamos viviendo una situación muy extraña», asegura Guillermo Cruz, jefe de servicio de este cuerpo de seguridad. El estado de emergencia sanitaria le ha obligado, como a todos sus compañeros, a extremar las precauciones al máximo para evitar contagiarse de Covid-19 y poder continuar desarrollando su labor en favor del ciudadano.

Los agentes han tenido que adoptar nuevas medidas de seguridad. Cada día, al iniciar el servicio, desinfectan los vehículos y ponen especial cuidado en mantener las distancias de seguridad, evitan el contacto entre compañeros y siguen protocolos especiales para evitar el contagio cuando asisten a un servicio. «El día a día es muy complicado, pero hay que mantener la calma y pensar que es algo temporal. Estoy convencido de que todo esto nos va a ayudar a valorar las cosas realmente importantes».

Cuando, cada día, a las ocho de la tarde, los ciudadanos aplauden en sus balcones al paso del coche patrulla para agradecer el trabajo de la Policía Local, Guillermo Cruz siente una inyección de energía. «La ciudadanía está volviendo a valorar a los servicios de emergencia, a los que quizá tenía un poco olvidados». Ahora, dice, muchos ciudadanos están comprendiendo que los policías están «para ayudar, para proteger a la gente».

Respecto a la necesidad de quedarse en casa, Cruz afirma: «Hay mucha implicación por parte de los ciudadanos y ciudadanas, la gente se lo está tomando muy en serio. Es algo que nos ha pillado por sorpresa a todos, pero estamos haciendo las cosas lo mejor posible para salir de esto cuanto antes».

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