Justicia
Se dan a la fuga los dos condenados por violar en grupo a una menor en Valencia
La sección quinta de la Audiencia de València aún estudia si decretar una orden europea de detención e ingreso en prisión, como han solicitado la familia de la menor y la Fiscalía

Se dan a la fuga los dos condenados por violar en grupo a una menor en Valencia
Teresa Domínguez
La Justicia, y sobre todo, la víctima, se han quedado sin condenados a quien meter en la cárcel para hacer cumplir la sentencia por la violación grupal a la niña de 14 años que fue sometida por entre 15 y 20 hombres de todas las edades durante la celebración de un cumpleaños al aire libre en una población de la Vall d'Albaida, en Valencia, en septiembre de 2020, aunque solo cuatro llegaron a juicio y de ellos, únicamente dos acabaron condenados por esa orgía de violencia sexual: a 20 y 12 años de cárcel. ¿La razón? Ambos dos, Simeón Stefanov y a Stefan Simeonov, están ya oficialmente fugados.
Desde el viernes, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, ya se sabía que uno de ellos, Stefan Simeonov, el condenado a 12 años de cárcel por esa violación en manada, se había fugado porque fue detectado, de manera casual por la policía, entrando a Alemania desde Austria, a pesar de que la Audiencia de València le mantenía prohibida la salida de España para garantizar que no se iba a sustraer a la acción de la Justicia. Simeonov se saltó a la torera esa prohibición.
A pesar de que ese mismo día la sección quinta de la Audiencia de València, que es quien juzgó y condenó a los dos violadores, ya conocía esa fuga porque recibió la notificación del Ministerio del Interior al saltar la alerta del sistema Sirene de control policial en el territorio Schengen, los magistrados decidieron no emitir una orden europea de busca, detención e ingreso en prisión hasta este lunes.
A la espera...
La decisión quedaba supeditada al formalismo de la comparecencia de prisión, una vistilla en la que participan todas las partes personadas en un proceso, en la que el tribunal dirime si se debe meter en prisión o no a alguien, como es el caso, que está en situación de libertad provisional pero ya condenado, aunque no en firme (el fallo es recurrible). Y, como era de esperar, a esa comparecencia, celebrada a primera hora de este lunes, no se han presentado ni Stefan Simeonov, detectado hace ya cinco días a 1.600 kilómetros de València, ni su compinche, Simeon Stefanov, sobre quien pesa, además, una pena ocho años mayor: 20 años.
Pese a la evidencia de que no se trata de un error ni de un despiste, sino de una fuga planificada y ejecutada antes de que un juzgado pudiese hacer efectivo el ingreso en prisión, la sala aún no ha dictado ni la orden europea de detención e ingreso en prisión ni la busca y captura internacional que han solicitado tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce en nombre de la víctima el penalista Juan Molpeceres.
De hecho, concluida la comparecencia, el tribunal se ha retirado para considerar esas solicitudes, que obviamente no han sido refrendadas por las defensas, quienes, al contrario, han pedido que se mantenga la situación de libertad provisional para sus clientes hasta que se resuelvan los recursos y la sentencia sea firme, incluso a pesar de la constatación de que Stefan Simeonov ha quebrantado la medida judicial de prohibición de salir de España, algo que ya no es una elucubración, sino un hecho fehaciente y objetivo.
"Si no hay medidas reales, todo el esfuerzo no sirve"
El letrado de la víctima, que había solicitado la comparecencia de prisión en cuanto se conoció la sentencia, comparecencia a la que no se le puso fecha hasta que la Policía alemana informó de que había identificado a Simeonov en el puesto fronterizo de Hörbranz, ha mostrado su frustración y malestar por lo que está sucediendo. "Es importante transmitir que la administración de Justicia no solo tiene que dictar sentencias, sino que tiene que asegurarse de que se hagan efectivas, si no, no hay tutela judicial efectiva", ha remarcado.
Molpeceres, quien solicitó a la sala el mismo viernes la orden de detención inmediata, que le fue rechazada hasta ver si el reo comparecía o no este lunes, ha señalado el hundimiento emocional de la víctima ante estos hechos. "Después de cinco años se dicta sentencia y ahora, sus agresores se fugan... No hace falta mucho para imaginar cómo se encuentra y cómo lo está viviendo. Lo bien cierto es que si no se toman medidas inmediatas y reales, no solo sobre el papel, todo el esfuerzo no sirve absolutamente de nada".
A más de 1.000 kilómetros de la frontera española
Tal como adelantó Levante-EMV este sábado, Stefan Simeonov fue interceptado en la frontera de Austria con Alemania, concretamente poco después de haber entrado en territorio alemán a través del paso fronterizo de Hörbranz. Una patrulla de la Policía de Fronteras de Baviera dio el alto al vehículo en el que viajaba Stefan justo a la altura de la salida 3 de esa vía rápida hacia Sigmarszell para comprobar su documentación.
Fue en ese momento, a las 21.30 horas del pasado 2 de julio, cuando los agentes se dieron cuenta de que, con esa identidad, saltaba una solicitud de identificación pedida por las autoridades españolas y válida para todo el territorio Schengen. Pero solo eso, una solicitud de identificación. Nada más. Ni se interesaba su detención ni se solicitaba ninguna medida de retención ni se especificaba que sobre Simeonov pesa una condena pendiente de 12 años de prisión por una violación grupal y que los jueces españoles le tienen prohibida la salida de España.
De hecho, a pesar del palmario quebrantamiento de la medida cautelar que suponía su estancia a más de 1.000 kilómetros de la frontera española, la Audiencia Provincial de València decidió el viernes no dictar aún la orden de detención hasta el lunes y ahora tanto ese violador como su compinche están, literalmente, en paradero desconocido.
Una ruta incoherente para ir a su ciudad
Dado que el señalamiento judicial de Sirene pedía únicamente identificar al sujeto y dar cuenta a las autoridades españolas, pero nada más, los agentes alemanes tuvieron que limitarse, cumpliendo con el artículo 36 del reglamento europeo, a pedir la documentación a todos los ocupantes del vehículo, un Ford Focus con matrícula española, la del coche y registrar las pertenencias de los viajeros. Gracias a esa intervención se sabe que Stefan Simeonov era quien conducía el vehículo y que a su lado, como copiloto, iba su padre, Radev. En los asientos traseros, la madre de Stefan, Vasilova, y su novia, Asenova.
En la entrevista con los policías, el condenado ocultó ese hecho y se limitó a decir que sí tiene trabajo en España -en el mercadillo, les llegó a decir- y que únicamente se disponía a ir a su ciudad en Bulgaria, Haskovo, para visitar a su familia. Sin embargo, no pudieron explicar por qué llevaban tanta ropa -una maleta, una bolsa de viaje grande, una bolsa de basura y otros bolsos y mochilas más pequeños-.
Tampoco parece compatible su ubicación, orientada hacia el norte y no hacia el este, con esa idea de que se dirigían a Haskovo, una ciudad búlgara a 50 kilómetros de la frontera con Turquía. Es más, el Focus verde propiedad del padre del condenado fue interceptado cuando entraba en Alemania desde Austria, y no al revés, que sería lo lógico para continuar hacia el este, aunque, eso sí, esa ruta es la menos aconsejable partiendo de Ontinyent, donde residen. De hecho, viajar de la capital de la Vall d'Albaida a Haskovo por ese punto supone pagar mucho más dinero en peajes -incluido el que da derecho a utilizar las autopistas suizas, ya que el trayecto incluye atravesar entera la Confederación Helvética- y recorrer 300 kilómetros más que por la ruta más corta y rápida (algo más de 3.000 kilómetros), esto es, por el norte de Italia, Eslovenia, Croacia y Serbia. Por tanto, era bastante evidente que su intención era huir para eludir la cárcel en España más que ir de vacaciones a ver a sus parientes.
La Audiencia aún no ha ordenado su detención
Sin embargo, nada de todo eso figuraba en la alerta policial, así que los policías alemanes se tuvieron que conformar con recabar todos los datos, informar a España a través de la oficina de cooperación internacional y dejar ir a Stefan Simeonov, del que se desconoce por completo dónde está en este momento.
A pesar de la evidencia de que Stefan Simeonov ha quebrantado la medida cautelar judicial que le impedía salir de España, y que la sección quinta de la Audiencia de València conoce porque el Ministerio del Interior le ha notificado la identificación del condenado tras recibir la información de la policía alemana a través del programa Sirene, el sistema de alertas policial para controlar el territorio Schengen, los magistrados decidieron que aún no era el momento de decretar la detención del fugitivo.
Tal como ha venido publicando este diario, la sala condenó a Simeón Stefanov y a Stefan Simeonov a sendas penas de 20 y 12 años de cárcel por el delito la violación en manada de una niña de 14 años, cometida en la madrugada del 27 de septiembre de 2020, durante la celebración de un cumpleaños, tal como adelantó en aquel momento en exclusiva Levante-EMV. Los otros dos acusados han conseguido, de momento, quedar libres de toda culpa al haber sido absueltos.
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