Una cámara grabó al acusado tirando al mar a la joven muerta en el Paseo Marítimo de Palma

Una cámara de seguridad grabó al sospechoso lanzando al mar a la joven colombiana que apareció muerta en el Paseo Marítimo de Palma en agosto pasado, según consta en el informe de la Guardia Civil entregado ayer en el juzgado. La magistrada de guardia acordó el ingreso incondicional en prisión del sospechoso, Miguel S.M., español de 31 años, que insistió en su declaración en negar cualquier implicación en la muerte de la mujer, Daniela E.V., colombiana de 25. Las imágenes recabadas por los investigadores muestran además a tres personas que aparecen en la escena minutos después, al parecer tras recibir una llamada del acusado. Los cuatro examinan el lugar y se marchan de forma escalonada. Los agentes del grupo de Homicidios del instituto armado trabajan ahora para identificar e interrogar a estos testigos.

La investigación policial ha sido larga y compleja. Cuando el pasado 15 de agosto a mediodía dos turistas encontraron el cadáver de la chica junto a un pantalán frente a es Jonquet no se apreciaron indicios de criminalidad. La autopsia apuntó a un ahogamiento por sumersión como causa de la muerte y los forenses concluyeron que se trataba de un suicidio.

Pero esta tesis no convenció a la Guardia Civil, que siguió con las pesquisas. Los agentes descubrieron que la madrugada del 14 de agosto -dos noches antes del hallazgo-, la joven estuvo en un Punt de Joc situado en el Camí Salard. De allí, según comprobaron a través de las cámaras de seguridad, se marchó junto a un hombre. Los investigadores siguieron su rastro hasta el Paseo Marítimo, donde encontraron otras grabaciones.

Estas imágenes fueron remitidas a especialistas de la Guardia Civil de Madrid, que las procesaron para hacerlas más nítidas. Así se consiguió averiguar que la víctima y el hombre llegaron juntos al pantalán con una botella y estuvieron allí poco más de una hora. En un momento dado, él empuja a la chica y esta cae al mar, de acuerdo con el informe del instituto armado. Las fuentes consultadas sostienen que la joven estaba en ese momento de pie y, por tanto, viva.

La secuencia continúa con el sospechoso realizando una serie de llamadas por teléfono, tras lo que tres personas acuden al lugar. Todos inspeccionan el sitio en el que ha caído la chica y acaban marchándose de allí por separado y de forma escalonada. Se llevaron el bolso de la joven, que no ha sido localizado.

La mejora de las imágenes permitió además a los investigadores de la Guardia Civil identificar al principal sospechoso. El pasado martes por la mañana, casi nueve meses después del hallazgo del cadáver, el hombre fue detenido en su domicilio del barrio de es Rafal, en Palma, por un delito de homicidio. Tras pasar tres días en los calabozos de la comandancia de la Guardia Civil, a primera hora de la mañana de ayer fue puesto a disposición del juzgado de instrucción número 4 de Palma, en funciones de guardia.

En su declaración ante la magistrada, el acusado insistió en negar su implicación en la muerte de la joven, como ya hizo cuando fue interrogado por la Guardia Civil. El hombre admite ser la persona con la que Daniela E.V. se marchó del Punt de Joc y explica que la llevó al Paseo Marítimo. Según su versión, los dos estuvieron bebiendo en el pantalán y en un momento dado él quiso marcharse para ir de fiesta a los locales de la zona. Ella decidió quedarse allí y el sospechoso afirma que la dejó viva e ilesa, aunque bastante afectada por el consumo de alcohol. El hombre ha negado en todo momento haberla empujado o tirado al mar, como sostienen los investigadores. No supo explicar por qué se llevó el bolso de la chica, episodio que dijo no recordar.

En busca de los testigos

El grupo de Homicidios de la Guardia Civil no ha cerrado la investigación. Los agentes siguen realizando gestiones para identificar a las tres personas que acudieron al pantalán tras la caída de la mujer al mar para tomarles declaración y determinar su papel en el caso. El abogado defensor tiene previsto aportar evidencias para intentar demostrar que no hubo contacto entre el acusado y estas tres personas que siguen sin identificar.

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