Una trabajadora acusada de la muerte de un anciano en una residencia de Palma admite que lo dejó solo en un rellano

El fiscal mantuvo ayer jueves acusaciones contra el gerente de una residencia de ancianos de Palma y una trabajadora por la muerte de un usuario de 89 años. La víctima falleció al caer con su silla de ruedas por unas escaleras tras abrir una puerta de emergencia. En el juicio, la empleada reconoció que dejó solo al anciano en un rellano y el directivo se desvinculó de la gestión diaria del centro, donde ese día "no había ningún responsable", según declaró otra trabajadora. El ministerio público reclama dos años de prisión para el gerente y una multa de 1.080 euros para la empleada.

El director general de la empresa que gestiona la residencia, situada en la calle Joan Miró, afirmó que su labor era de "gestión financiera" y que desconocía el funcionamiento diario del establecimiento. Pese a que la Fiscalía le acusa de no haber garantizado las medidas de seguridad y el número de empleados adecuados, En su declaración descargó toda la responsabilidad sobre estas materias en la dirección del centro.

La trabajadora imputada, por su parte, contó que el anciano se escapó de su habitación pese al confinamiento por covid el 20 de diciembre de 2020. Ella lo encontró en la planta sótano y lo llevó hasta el segundo piso, donde estaba su habitación. "Lo dejé solo en el rellano", admitió, para añadir que alertó a las empleadas que trabajaban en esa planta mediante un mensaje de WhatsApp pero no confirmó su recepción.

La directora del centro, que estaba de baja en aquella época, sí implicó al gerente en la gestión del personal. Una coordinadora de enfermería que la sustituyó "como un favor" al directivo explicó que ese día tenía libre y que en consecuencia "no había ningún responsable" en la residencia. Otros trabajadores denunciaron la falta de personal y de medios que había en el centro.

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