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Trágico accidente

El conductor del bus accidentado en Pontevedra dice que iba a la velocidad correcta

Carlos Monzón, de 63 años, compareció en la Comandancia de Pontevedra asistido por un abogado | Solo respondió a las preguntas de su letrado y se negó a hacerlo a los agentes

El autobús accidentado, en el momento de ser retirado del Lérez. BERNABÉ N. DAVILA

Una semana después del accidente de tráfico que le costó la vida a siete personas al caer un autobús al río Lérez en Cerdedo-Cotobade la pasada Nochebuena, la Guardia Civil de Tráfico dispone ya de muchas de las piezas del puzle para tratar de aclarar las causas del siniestro. Y una de las últimas novedades en las pesquisas es que los agentes han aplicado la condición de investigado al conductor, Carlos Monzón, vigués de 63 años, uno de los dos supervivientes. El chófer fue citado a declarar en la noche del jueves en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra y lo hizo acompañado de un abogado. Según fuentes conocedoras del caso, solo respondió a las preguntas de su letrado, negándose a hacerlo a las de los agentes, y en ellas aseguró que circulaba a una velocidad correcta, una de las cuestiones clave que precisamente se tratará de esclarecer en la investigación, ya que se analizará no solo si lo hacía a la velocidad permitida, sino a la conveniente para el estado de la calzada.

Así se produjo el accidente de autobús de Cerdedo, según la reconstrucción de la Guardia Civil

Así se produjo el accidente de autobús de Cerdedo, según la reconstrucción de la Guardia Civil Atlas

El siniestro ocurrido el 24 de diciembre en el puente de Pedre de la N-541 a su paso por Cerdedo-Cotobade dejó un saldo de siete muertos y dos supervivientes, el propio chófer y María del Rosario González Rocha, pasajera de 49 años de Ponteareas que aún se recupera en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo tras pasar varios días en la UCI de Montecelo de Pontevedra. Fue en este último centro donde la Guardia Civil recabó su testimonio sobre lo ocurrido. Esta mujer llamó al 112 justo tras el accidente para alertar de lo ocurrido.

Ambos hacían uso de cinturón de seguridad en el momento del accidente. Estas dos personas viajaban en la parte delantera del vehículo, la zona que registró menos daños tras precipitarse al río en medio de un fuerte aguacero. La Guardia Civil trata ahora de comprobar si alguno de los siete pasajeros que fallecieron utilizaba o no el cinturón. Fuentes de la investigación han resaltado al respecto que gran parte de los asientos del vehículo estaban “intactos” por lo que se apunta a que podría haber más supervivientes de llevar todos el cinturón.

Según fuentes cercanas Monzón, que continúa muy afectado por lo sucedido, no contestó a las preguntas de los agentes. Las fuentes consultadas inciden en que el conductor no fue detenido en ningún momento y que su condición de investigado en las pesquisas policiales no supone que se le culpe ya de lo ocurrido, sino que responde a que él era la persona que guiaba el autobús y se trata de preservar sus derechos en el marco de la investigación en marcha, por si en adelante hubiese algún dato que apuntase a una hipotética negligencia en la conducción, desde un posible exceso de velocidad hasta una distracción al volante.

No fue detenido y que su condición de investigado no supone que se le culpe ya de lo ocurrido, sino que responde a que él guiaba el autobús y se trata de preservar sus derechos por si después hubiese algún dato que apuntase a una hipotética negligencia

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La condición de investigado que tiene en la actualidad le permite acogerse por ejemplo a no declarar ante los agentes. Como testigo está a obligado a responder a todas las preguntas y a decir la verdad. En cuanto a la vía judicial, el Juzgado de Instrucción 1 de Pontevedra, según informaron fuentes del TSXG, está a la espera de la entrega del informe definitivo para tomar una decisión en el marco de las diligencias judiciales ya abiertas.

Documentación

En el marco de la investigación, los agentes también tomarán declaración a todas las personas que actuaron de una u otra manera en el accidente, desde los servicios de emergencia hasta vecinos que avisaron del suceso. Otro de los apartados que analizan los investigadores es la documentación e historial del vehículo. La empresa de transportes Monbus, a la que pertenece el autocar que realizaba la linea Lugo-Vigo, ha declinado realizar comentarios sobre este accidente, pero otras fuentes apuntan a que la Guardia Civil requirió datos sobre el estado técnico del autobús, los posibles partes de incidencias de los conductores o sus posibles reparaciones, si las tuviera. Estas mismas fuentes apuntan que el autocar se matriculó en 2017, por lo que se considera “prácticamente nuevo”.

Técnicos e ingenieros consiguen sacar del río Lérez el autobús siniestrado en Pontevedra

Técnicos e ingenieros consiguen sacar del río Lérez el autobús siniestrado en Pontevedra Agencia ATLAS / Foto: EFE

Por su parte el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) ya abandonó Pontevedra después de permanecer dos días en la provincia, tiempo en el que realizaron una reconstrucción del siniestro en el mismo escenario de la N-541 y una exhaustiva inspección del propio vehículo. En este trabajo, además de analizar diversos aparatos electrónicos del autobús, se efectuó su escaneo completo y fotografías de un vehículo similar para poder hacer una comparativa. El autocar continúa custodiado en las instalaciones de la empresa en Lourizán y aún permanecerá algún tiempo en ese lugar por si es necesario realizar nuevas pruebas. 

Uno de los aparatos clave en la investigación es el tacógrafo del vehículo, donde quedan registradas la velocidad, las paradas y descansos del conductor y otras datos. Se retiró del vehículo el mismo día del accidente para preservarlo de posibles daños por el agua y evitar desperfectos durante el rescate de las víctimas y del propio coche. Su análisis es complejo por diferentes cuestiones técnicas ya que solo funciona conectado al bus, por lo que es necesaria colocarlo en un banco de pruebas para su reactivación. Ahí habrá que analizarlo de forma diferente a si estuviese colocado en el vehículo de forma normal. También se comprueba el funcionamiento del propio autocar, aunque los primeros datos descartan averías mecánicas, a la espera de que pudiera detectarse algún fallo en el ESP (control electrónico de estabilidad) o en otro equipo que pudiese haber originado la pérdida del control del vehículo.

Uno de los aparatos clave es el tacógrafo del vehículo, donde se registran la velocidad, las paradas y descansos del conductor. Se retiró el mismo día del accidente para preservarlo de posibles daños por el agua y evitar desperfectos en el rescate

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En la reconstrucción del accidente también se revisó el estado del firme y de las protecciones. Según expertos del sector, estas barandillas cumplían la norma “por los pelos”, si bien todavía se debe aguardar al atestado final, un documento que aún tardará en ser elaborado. Lo que tienen claro los agentes, por su experiencia en la investigación de accidentes de gravedad, es que seguramente confluirán varias causas que finalmente expliquen la razón por la que se produjo la trágica caída al río del autobús.

Análisis del teléfono móvil y más tomas de declaraciones

Junto a las tomas de declaraciones a la viajera superviviente (que ya se realizó en el centro hospitalario) y a los integrantes de los servicios de emergencia que colaboraron en el rescate, entre otros, será clave el análisis del tacógrafo y el informe de la reconstrucción del accidente realizado por el grupo ERAT con sede en Mérida. Las primeras hipótesis del accidente apuntaron al fuerte temporal que hacía ese día, con intensas lluvias, y a un posible pequeño exceso de velocidad, pero los informes ya en marcha, algunos de los cuales tardarán meses, serán claves para confirmar o no estas primeras líneas de investigación y establecer, en definitiva, de forma fehaciente lo que ocurrió en la localidad de Cerdedo-Cotobade en Nochebuena. La intensa lluvia de aquel día y la posible acumulación de agua en la calzada son dos posibles causas que se barajan, pero no son las únicas que son objeto de investigación. Se tomará declaración a bomberos, Protección Civil, equipos de rescate y demás medios que participaron en el operativo, así como a otros chóferes que realizan ese trayecto e incluso a vecinos de la zona. Además, se quiere despejar cualquier duda sobre hipotéticas distracciones al volante. Monzón, con gran experiencia en esta labor, dio negativo en las pruebas del alcohol y drogas, pero la Guardia Civil pretende analizar su teléfono móvil por si se utilizó a la hora del accidente. Para ello se recaba la correspondiente autorización judicial.

Piden una auditoría de seguridad viaria en la N-541

El accidente ocurrió sobre las 21.20 horas del día de Nochebuena, cuando el autobús de la empresa Monbus, de la línea regular entre Lugo y Vigo, se precipitó al río a la altura del kilómetro 67,5 de la N-541, en la parroquia de Pedre. Dos de los fallecidos fueron rescatados la misma noche del suceso, con un fuerte temporal. Otras cuatro víctimas fueron localizadas durante la jornada del domingo y la séptima fallecida, el lunes. Desde el mismo día del siniestro surgieron voces críticas con el estado de esta carretera nacional entre Pontevedra y Ourense, un vial con décadas de servicio y tramos muy anticuados. El alcalde de Cerdedo-Cotobade fue el primero en alertar de estas deficiencias y ayer fue el BNG el que reclamó una auditoría de seguridad vial en la N-541. El parlamentario gallego Luis Bará hace especial mención al tramo entre Soutelo y Pontevedra y al enlace con la carretera de Serrapio, lugar donde ocurrió el accidente. También reclama una mejor cobertura de las emergencias en esa zona de la provincia.

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