La pareja de Juana Canal, Jesús P. H., ha ingresado este viernes en el Centro Penitenciario de Brieva, situado a unos 5 kilómetros de Ávila,  tras haberse retractado y haber admitido que fue él: "La maté de un golpe, pero no lo quería hacer". Según han confirmado a CASO ABIERTO fuentes judiciales, Jesús Pradales -detenido como principal sospechoso de la desaparición y muerte de Juana Canal- ha cambiado su confesión, por segunda vez, y en esta última, ha confesado que sí que la mató.

En el relato de los hechos, que se produjo tras un ataque de ansiedad que rompía su aparente calma, tranquilidad e, incluso, frialdad, confesó a los agentes que la muerte de la mujer se produjo tras una discusión la madrugada del 22 de febrero de 2003. La mató en Madrid, como sospechaban los investigadores. Tras verla sin vida, asegura, se asustó porque Sergio, el hijo mayor de Juani, que vivía con ambos en Ciudad Lineal, llegara a casa y viera todo. La metió en la bañera, "la descuarticé", guardó sus restos en dos maletas, y en su taxi, puso rumbo a Ávila, donde abandonó su cuerpo en dos hoyos que previamente cavó.

La policía en casa: la mató después

"Sergio, tu madre y yo hemos vuelto a discutir (...) Me voy a buscarla". La famosa nota que Sergio, el hijo de Juana Canal encontró, solo tenía una verdad. Habían discutido. Según ha manifestado el asesino confeso, la causa fue la recaudación del taxi. Asegura que la mujer, enfadada, le tiró parte de esta por el retrete. Fue cuando él respondió con un golpe, afirma, cuando la mató.

Tras el hallazgo de los restos mortales de Juana Canal, los primeros huesos que aparecieron en Navalacruz (Ávila) mientras unos senderistas paseaban, se abrieron nuevas diligencias. Se apuntó al homicidio, el crimen machista fue la primera opción.

Se revisó el expediente. Era cierto, la pelea, descrita en la famosa nota, requirió presencia policial. Se sabe que una patrulla aparcó en el portal. La patrulla subió a la vivienda. Mediaron, aparentemente se solucionó. El golpe mortal se lo dio tras irse los agentes. En el reloj marcarían aproximadamente las 3:00 de la madrugada.

Después de dos décadas, se resuelve el crimen de Juana Canal.

Primera declaración: mínima pena

Jesús Pradales, de 53 años, fue detenido este miércoles en su domicilio de Fuente del Saz (Madrid). Casi 24 horas después de su arresto, por la mañana, el hombre se derrumbó y confesó que había descuartizado a la mujer, pero que él no la mató. "Estaba muerta y me asusté". Aseguró que guardó los restos de Juana en dos maletas en el piso de Madrid y se dirigió a Navalacruz (Ávila), donde la enterró.

"En España descuartizar un cadáver no conlleva penas de prisión", asegura Juan Manuel Medina, abogado de la familia de Juana Canal. "Profanación de cadáver: la condena impuesta por ello es de 3 a cinco meses o una multa. Nadie se encuentra una persona fallecida, la descuartiza y la entierra lejos de su casa. Entendemos, sin poder haber accedido al sumario, que hay suficientes indicios de que este señor acabó con la vida de Juana Canal".

Asesorado por su abogado, esta madrugada, se ha retractado y ha cambiado su versión: "la maté sin querer".

UNA NUEVA VIDA: SE CASÓ

Una carta. Un trozo de papel. El asesino confeso no dejó más. Desapareció de las vidas de Juani, de Sergio, con quién vivía en Ciudad Lineal. No se molestó en llamar.

"No volvimos a verle", lamentaba Ana María, en marzo, antes de que una llamada de los agentes, en el mes de junio, le comunicara que habían encontrado sin vida a su hermana, pese a haber localizado parte de sus restos tres años atrás.

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Durante dos décadas, dibujó una nueva vida. Abandonó el taxi y, a los cuatro meses se casó. Tiene tres hijos, es propietario de una caravana de perritos calientes y patatas fritas, y camina de feria en feria (recorre pueblos de Madrid y Ávila), aunque aparca también en festivales.

Tras su confesión firmada, y haber pasado a disposición judicial, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Ávila ha acordado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. El Juzgado de Ávila se ha inhibido al Juzgado Decano de Madrid al entender que los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar en el partido judicial de la capital de España, según la información del Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.